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Autodidacta: el camino hacia el crecimiento

Antonio Herrero Estévez · Abr 20, 2020 ·

El problema no es que las personas no hayan sido educadas. El problema es que han sido educadas sólo lo suficiente para creer lo que se les ha dicho, pero no educadas para cuestionar qué se les ha dicho.
Desconocido.

Hace unos meses hablaba con un amigo que aprecio mucho. Mi amigo es una de las personas más inteligentes que conozco y, además, está en el camino hacia el despertar.

¿El camino hacia el despertar porque es mi camino?

No. El camino hacia el despertar porque ha empezado a cuestionarse, al principio sólo como un leve susurro, si lo que ve, es todo lo que hay. El camino hacia el despertar porque además de mirar hacia fuera, ha empezado, tímidamente, a mirar hacia dentro.

Le pregunté qué opinaba sobre aquello que le compartí unos días atrás de que la educación que habíamos recibido en el colegio era nefasta y que los colegios eran una fábrica bien engrasada de zombies dormidos, colegios diseñados por las élites exclusivamente para perpetuar la esclavitud moderna y eliminar todo atisbo de creatividad en un niño.

Mi amigo me respondió que esa era sólo mi opinión, que a él la escuela le benefició mucho y que si yo pensaba así era porque yo había tenido una experiencia traumática.

Ante su contestación, yo respiré, observé, y callé. No volvimos a hablar del tema.

Bien, este artículo es mi respuesta.

En la escuela encontré una autoridad diferente a la que había encontrado antes, y no me gustó. Y realmente casi me atrapan. Estuvieron cerca de destrozar cualquier curiosidad en mí.
Steve Jobs

Es un milagro que la curiosidad sobreviva a la educación formal.
Albert Einstein

La cultura que se genera en la escuela es una cultura donde la gente no sabe que no entiende algo. La gente cree que entender es saber dar una respuesta. La gente cree que saber por qué llueve es poder decir: Porque el agua se condensa y cae. Cuando en realidad si tú dices «no lo entiendo», lo que estás diciendo es: no entiendo la gravedad, no entiendo por qué hay una diferencia de densidad entre el agua líquida y el agua evaporada, y que por tanto al cambiar de estado el agua cae. No entiendo el ciclo del agua, no entiendo qué es condensar, y no entiendo por qué ocurre eso y no otra cosa.
Jaime Altozano

Nunca dejé que la escuela interfiriera con mi educación.
Mark Twain

No hemos sido educados para ser pensadores, sino meros reflejos sin brillo de nuestra cultura. Enseñemos a nuestros hijos a ser pensadores.
Jacque Fresco

La mayoría de lo que generalmente se considera «educación», no es más que un costoso aislamiento de la realidad.
Thomas Sowell

autodidacta es tu alternativa

Querido lector, querida lectora, ahora si me acompañas voy a contarte algunas reflexiones.

Si no me equivoco, no sólo no vas a estar de acuerdo conmigo con el capítulo de hoy, sino que además posiblemente pienses que estoy percibiendo una realidad muy sesgada y pesimista.

Está bien así, date tiempo, todos empezamos negando, a veces es parte del camino.

Si te atreves a pensar fuera de la caja, a medida que vayas descubriendo ciertos conceptos sobre ti y sobre la humanidad, comprobarás que una luz empezará a encenderse en la aparente oscuridad de estas palabras.

Vamos allá.

Mis padres

Cuando mi madre era pequeña estuvo interna durante varios años en un colegio de monjas, lo cuál era muy popular en España en aquella época y en la mayoría de los países del mundo.

Mi madre cuenta que las obligaban a ducharse vestidas porque, decían, era pecaminoso mirar su propio cuerpo desnudo.

Mi madre cuenta que las palizas por parte de algunos profesores eran comunes en el colegio, a veces sin siquiera saber por qué, y que sólo te librabas de ellas si eras el ejemplo perfecto de niña sumisa y calladita.

Mi madre cuenta que a veces, incluso siendo sumisa y calladita, alguna paliza recibían.

Mi madre cuenta que, a pesar de que sus padres eran buenas personas, a pesar de que mi abuelo tenía una prestigiosa carrera y una farmacia próspera y mi abuela era inteligente y devoradora de libros, a pesar de que las llevaran perfectamente vestidas y que siempre tuviera un plato delicioso en la mesa, cuando era pequeña se sentía como un mueble, como si nunca la hubieran preguntado nada, como si apenas la hubieran mirado durante todos sus años de infancia.

Mi educación

¿Sabes? a veces pensaba que si la educación de mis padres fue así, posiblemente la de mis abuelos fue aún peor, y la generación anterior peor y así sucesivamente, y pensaba que si los profesores que tuve de pequeño eran de la edad de mis padres y mis padres recibieron esa educación, entonces mis profesores recibieron una educación similar, y si esa es la educación que mis profesores recibieron, en mayor o menor medida fue la educación que ellos nos transmitieron a mí y a los de mi generación.

¿Me sigues?

Durante años flirteaba con la idea de que cómo era posible que personas que no sabían absolutamente nada de educación, trataran de darnos una educación.

A medida que iba creciendo y cuestionando mi infancia, me iba enfrentando quizás sin quererlo a cada vez más y más hechos.

Hechos como que personas que no trabajaban como biólogas nos enseñaban biología, personas que no sabían nada sobre su cuerpo, nos enseñaban educación física, personas que no usaban las matemáticas, nos enseñaban matemáticas, personas que no escribían poesía, nos enseñaban poesía, personas que no cuestionaban la historia, nos enseñaban historia, personas que apenas hablaban inglés nos enseñaban inglés, personas que vivían bajo un paradigma anticuado de la física, nos enseñaban física.

Hechos como que, personas que a menudo odiaban sus trabajos y eran ellas mismas esclavas del sistema y de sí mismas y de sus emociones, enseñaban a otros niños exactamente lo mismo.

Durante años tuve una sensación incómoda, una sensación que no sabía explicar, una sensación como la de una víctima que no sabe que lo es y apenas se da cuenta de que no tiene ni las herramientas necesarias para cuestionárselo.

¿Sabes? No sabía que mis profesores también eran víctimas.

Sólo puede transmitirse al niño aquello que el adulto ya conquistó en sí mismo.
Rudolf Steinner, padre de las escuelas Waldorf

Programación mental

A medida que he ido creciendo y transitando el camino del autodidacta y he empezado a conocer el verdadero mundo, ese que la mayoría de las personas aún no conoce, ese que es posible que tú, que estás leyendo esto ahora mismo y a no ser que hayas hecho un gran trabajo por tu cuenta, desconozcas, a medida que he empezado a conocer el mundo real más allá del irreal y enjaulado teatro de pobres actores y máscaras que quisieron imponernos de pequeños y mayores, a medida que he ido entendiendo que casi me atrapan, que casi me arrancaron lo más grande que hay en mí, a medida que he ido descubriendo el universo del crecimiento, de la abundancia, de la sabiduría empírica, el universo de la esperanza, del amor, de la verdad, de las infinitas posibilidades del ser humano, más he ido comprendiendo que en realidad yo, y tú, así como casi todas las personas de mi generación y de las generaciones anteriores, como casi todas las personas que he conocido durante toda mi vida, no hemos recibido educación.

Quiero decir, ninguna educación.

Quiero decir que estamos rodeados de personas que no se conocen a ellas mismas, que desconocen sus capacidades, que no controlan sus emociones, sus virtudes, sus defectos.

Quiero decir que las personas que no han usado su capacidad autodidacta, las personas que se han conformado con lo que recibieron en el colegio o universidad, son personas en su mayoría sin educación real.

Quiero decir que lo que recibimos en realidad fueron programas, además programas en su mayoría defectuosos. Recibimos no una educación sino una programación, y no de casualidad sino de manera deliberada, un código, un virus cuya finalidad era desestabilizar nuestra mente, confundirnos, mermar nuestras capacidades y eliminar lo que nos hace humanos.

Nos programaron a través de la escuela, a través de la televisión y a través de las películas.

Lo que recibimos no fue una educación, sino la ejecución de un plan, una hoja de ruta perfectamente diseñada, un programa que se ejecuta dentro de un marco perfectamente seguro que admite pocos errores.

Sí, estoy hablando de un programa perfectamente diseñado para hacernos esclavos.

Al igual que el ganado, la mayoría de los seres humanos viven y mueren en una subyugación pasiva, alimentando con sus vidas las matrix. Vivimos vidas encerrados en patrones estrechos, vidas a menudo llenas de sufrimiento, y nunca se nos ocurre que realmente podemos llegar a ser libres.
Samadhi, el documental.

Quiero decir que prácticamente el cien por cien del llamado «conocimiento» que recibimos de pequeños, fue conocimiento inútil y basado en un paradigma falso, anticuado y superado hace miles de años, paradigma del cuál hablaremos en los próximos capítulos.

Un conocimiento errado, creado específicamente para desviar nuestra atención de la verdadera sabiduría, la verdadera educación, la buena, la que libera, la que empodera, la del crecimiento, la que enciende tu llama, la que ilumina tu mirada, la que expande tu alma.

Querido lector, querida lectora, mira a tu alrededor. Mira cuántas personas no pueden estar con ellas mismas, que no saben qué hacer, que no saben dónde ir, que tienen miedo de cada paso que dan, que no saben nada de su mente, ni de su cuerpo, ni de su entorno. Mira cuántas personas se encaminan a toda velocidad hacia su autodestrucción. Mira cuántas personas no saben cómo aprender, cómo crecer. Mira cuántas personas están trabajando en profesiones que no comprenden. Mira cuántas personas creen conocer algo casi en su totalidad y en realidad lo desconocen casi en su mayoría. Mira cuántas personas ignoran lo que ignoran.

Todas esas personas son víctimas de la misma educación, del mismo lavado de cerebro de masas.

¿Que por qué lo sé? porque yo mismo he sido esa persona casi toda mi vida.

La razón de que aún veamos felicidad en las calles, alegría, arte, creatividad y desarrollo, es por la grandeza del ser humano, pero no grandeza gracias a la educación, sino a pesar de ella.

La verdadera educación

Querido lector, querida lectora, ¿sabes por qué (posiblemente) llevas un rato pensando que soy muy pesimista? ¿Sabes por qué llevas un rato pensando que en realidad tú sí recibiste educación y que yo estoy viendo el vaso medio vacío?

Lo piensas porque estás hablando desde tu paradigma actual. Estás hablando desde lo que conoces, desde el programa que te han instalado, desde el virus que te han inyectado.

Lo piensas porque, todavía, no puedes pensar en lo que no conoces, y por eso no puedes comparar tu situación actual con una situación mejor, pues piensas que todo lo que conoces es mayormente todo lo que hay.

Hay tanto que no sabemos. Tanto, tanto, tanto que no sabemos, que la mayoría de los seres humanos ni siquiera puede imaginarse cómo sería una vida mejor, más evolucionada, más avanzada.

Mira esta frase del Dr. Joe Dispenza:

Una vez que todos estemos dentro de la misma energía, frecuencia y conciencia elevada, al igual que los bancos de peces o bandadas de pájaros que se mueven como uno en un orden unificado, nosotros comenzaremos a actuar como una mente y emergeremos como una nueva especie.

Querido lector, querida lectora, pregúntate qué quiere decir ahí Joe Dispenza. Pregúntate qué no estás viendo. Pregúntate qué te estás perdiendo. Pregúntate qué te han ocultado todos estos años. Pregúntate qué hay de la vida que no conoces. Pregúntate qué gran sorpresa te está esperando si tienes el valor de ir a por ella.

La verdadera educación, esa que la mayoría no recibimos en la infancia, esa que sólo unos pocos han tenido la suerte de probar de la mano de contados profesores o padres que se atrevieron a ver más allá, profesores o padres autodidactas, librepensadores que se salieron del rebaño, que escaparon del yugo, esa educación es la siguiente:

  • La que te muestra qué eres y qué puedes hacer, y de lo que eres y qué puedes hacer… hablaremos próximamente.
  • La que te enseña a aprender.
  • La que te guía hasta que eres capaz de guiarte a ti mismo y luego capaz de guiar a otros.
  • La que despierta al inmenso creador que hay en ti.
  • La que encuentra, despierta y aviva tu potencial y te muestra el cómo continuar desarrollándolo tú.
  • La que te muestra cómo expandir tu conciencia.
  • La que te enseña a usar, y a hacer el mejor uso posible, de los recursos a tu alrededor.

Esa es la verdadera educación.

Todo lo demás son programas concretos para realizar tareas, programas que, durante generaciones, las personas han confundido con «educación».

¿Quieres hacer una trabajo puntual como diseñador gráfico? Entonces instálate el programa de diseño gráfico en tu mente.
¿Quieres levantar un edificio? Entonces instálate el programa de arquitectura.

No confundas la educación con la escolaridad, yo no fui a Harvard, pero la gente que trabaja para mí, sí.
Elon Musk

Autodidacta, el camino hacia el crecimiento

Querido lector, querida lectora, espero no haberte asustado demasiado con mis palabras, pero a veces creo que es necesario mostrar la oscuridad para saber cómo es la luz.

¡Espera! ¿esto que acabo de decir es cierto, o es un residuo de un virus que me instalaron?

Un buen maestro enseña mediante un enfoque positivo, no mediante uno negativo. No hace hincapié en lo que tienes que evitar para escapar de lo que te puede hacer daño, sino en lo que tienes que aprender para ser feliz.
Un curso de milagros

Para transitar el camino del crecimiento tenemos que hacer uso de nuestro inmenso poder, tenemos que empezar a darnos cuenta de que somos como una súpercomputadora cuántica donde podemos instalar, en muy poco tiempo, programas complejos, una súpercomputadora capaz de crear nuevos programas, de creas nuevas súpercomputadoras.

¿Y dónde empieza todo? en dos herramientas.

En nuestra capacidad de concentrarnos, y en nuestra capacidad de aprender y discernir lo que es valioso.

¿Cómo empezar? usando lo más valioso que te dio la escuela, la capacidad de leer y de escribir.

  1. Leer libros que te hagan descubrir más. Puedes empezar por los que te sugiero en el capítulo de no sé qué hacer con mi vida.
  2. Escribir. ¿Sabes lo que es escribir? Escribir es crear, es una de las maneras más fáciles de usar tu poder creador.

Gracias a ellas, accedemos a todas las demás.

Querido lector, querida lectora, lee esto con atención: Si perdemos nuestra capacidad de concentrarnos, esa capacidad que cada día está más mermada por los móviles, por la tecnología y por las drogas tanto legales como ilegales, perderemos nuestra capacidad de explorar los verdaderos límites del ser humano, esos que la mayoría de las personas aún no conocen, esos que, si nuestra generación no lo remedia, se perderán para siempre en esta civilización.

Esas son nuestras alternativas actuales, o el camino del autodidacta que es capaz de reinventarse a sí mismo y expandirse, o el camino del esclavo. Tú elijes.

Gracias por leerme.

Libera el potencial del niño y transformarás el potencial del mundo.
María Montessori

Cuando un niño puede relacionar lo que aprende con sus propias experiencias, su interés vital se despierta, su memoria se activa, y lo aprendido se vuelve suyo.
Rudolf Steinner

Cuando consideramos el interés natural de un niño en las cosas, empezamos a darnos cuenta de los peligros tanto de la recompensa como del castigo. Las recompensas y los castigos tienden a presionar a un niño para que se interese. Pero el verdadero interés es la fuerza vital de toda la personalidad, y tal interés es completamente espontáneo.
A.S. Neill, padre de las escuelas SummerHill

Es posible dejar de lado la vida que hemos heredado del pasado, para vivir la que está esperando salir a través del mundo interior.
Samadhi, el Documental.

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Reader Interactions

Comments

  1. Eva says

    21 abril, 2020 at 12:30 am

    Me parece muy importante esta reflexión sobre la educación. Yo siempre he sido una buena alumna y he estudiado dos carreras y un màster como buena chica que debía ser. No he tenido experiencias traumàticas como dice tu amigo, y también pienso que la educación que recibimos es nefasta en muchos aspectos. Los colegios y universidades son màs fàbricas de ciudadanos obedientes que sitios donde despertar los talentos, la creatividad y la bondad de cada uno de nosotros. Creo sinceramente que mi educación me ha apartado muchas veces de convertirme en la persona libre y conectada con la vida que aspiro a ser. Pero también creo que somos privilejiados por la época en la que vivimos. Hace sólo una generación no hubiera podido estar leyendo un blog como el tuyo, ni me hubiera sido fàcil aprender sobre yoga, meditación o espiritualidad. Así que, aunque siento que he desperdiciado algunos años aprendiendo cosas que ahora quiero desaprender, doy gracias porque las oportunidades de autoaprendizaje son cada vez mayores. Gracias por escribir este blog

    • Antonio Herrero Estévez says

      21 abril, 2020 at 8:02 am

      ¡Hola Eva! qué gran gran gran comentario, muchísimas gracias.

      Por supuesto, opino exactamente igual que tú, yo también estoy muy agradecido a nuestra época, que creo también que es la mejor época de la historia para el ser humano, y también estoy muy agradecido a los móviles, y a la tecnología, y a internet, y a los programas como diseño gráfico o arquitectura. Quizás por mi artículo parece que quiero volver a las cavernas o algo así, qué va, en lo que creo es en un ser humano espiritual y tecnológico, creo en el desarrollo del ser humano a todos los niveles, pero siempre enfocándose en eso, en el desarrollo del ser humano 🙂

      Un abrazo y gracia de nuevo por esa gran aportación.

  2. Lola C.C. says

    21 abril, 2020 at 12:03 pm

    Nunca me gustó el colegio y mucho menos la universidad. Poco aprendí en estos lugares que realmente utilice hoy día, a parte de las reglas de tres, leer y escribir. Nadie me preguntó nada ni me animó a hacer nada nuevo ni contestó a mis molestas preguntas. De hecho me echaron de la catequesis por poner en duda el tema de Adán y Eva y la costilla. Tampoco aprendí a dialogar, ni a investigar ni a observar.
    Con lo grande y rico que es este mundo material y no material ¿Cómo es posible que no encontraran nada interesante que enseñarnos y despertar así nuestra inquietud por la vida? Yo me he despertado esa inquietud sola y a veces intento zarandear un poco a alguien amigo pero muchas veces la respuesta es una mirada extraña y cambio de conversación, sacar móvil y mirar wasaps, por si el Presidente de España le ha hecho un comunicado privado en ese mismo instante… Otras veces sin embargo, la respuesta es una maravillosa conversación de horas.

    Trabajo en una tienda de cara al público y se distingue perfectamente la gente que está dormida y la que no. Los primeros miran sin mirar, van rápido y confusos, no se permiten la curiosidad de ningún tipo y suelen llevar el móvil en la mano, incluso se hacen un selfie al entrar. Los segundos te miran, te saludan, se paran y preguntan, esperan y escuchan tu respuesta y respiran, se les oye respirar.

    Respecto a lo que comentáis sobre la tecnología (me refiero a móviles, relojes que hablan, aparatos que hablan y no tienen cables etc.) no sé si soy algo radical pero creo que ésta no ha aportado nada, y digo nada que verdaderamente sea imprescindible para una vida plena o alucinantemente bueno para la humanidad. Sin embargo ha creado necesidades ficticias, nos ha idiotizado bastante, consume mucho de nuestro tiempo, hace que nuestras relaciones se basen en mensajes tontos y cortos y además, las hondas que ahora circulan por todo el territorio, sin hurgar mucho, se sabe que, buenas, precisamente buenas, no son. El uso de la tecnología debería de ser una herramienta y no un quematiempo.

    Internet me deja ver este blog, descubrir libros, técnicas, productos, me abre puertas. Por ello le estoy muy agradecida y uso internet por cable, que es mejor para mi salud y la de mis vecinos.

    Perdón por este mensaje un poco de sabihonda… Pero no me he podido contener. Es que a veces me gustaría vivir en un mundo más sencillo y natural, es sólo eso.

    Muchas gracias por este artículo, era justo en lo que estaba y voy y lo encuentro.

    • Antonio Herrero Estévez says

      22 abril, 2020 at 7:57 am

      Lola, es maravilloso lo que cuentas, gracias, gracias. No es un mensaje de sabionda, más bien de sabiduría.

      ¿Tienes un blog?

      Los primeros miran sin mirar, van rápido y confusos…

      • Lola C.C. says

        28 abril, 2020 at 9:52 am

        Hola Antonio, gracias a ti.

        No, no tengo blog. Pero al encontrar el tuyo, me he sentido como en casa, la verdad. Es un lugar muy especial donde compartir tus pensamientos e inquietudes. Donde descubrir. Esto que estás haciendo es muy bueno para las personas que quieren saber y tienen esa curiosidad interior despierta. Además tú te presentas muy cercano y humilde y esa forma de comunicar me llega mucho más.

        Voy a leer el último artículo 🙂

        Gracias otra vez.

  3. Juan says

    21 abril, 2020 at 2:12 pm

    Cuando alguien recibe un cuchillo, puede usarlo para matar o para cortar cebollas y hacer un guiso cojonudo. La educación es ese cuchillo. Yo he decidido hacer el guiso. ¿Por qué no? El crecimiento no es dependiente de romper todos los paradigmas. Solo los que no sirven.

    Querido amigo Antonio, creo que parte del despertar del espíritu del que siempre hablas, ha de pasar por no juzgar algo como bueno o malo. Que Steve Jobs nunca fuera un buen estudiante no significa que la educación sea mala. ¿Por qué no, en vez de buscar ejemplos de triunfadores que no hayan tenido una educación formal estándar, buscamos de qué manera podemos usar la educación a nuestro favor?

    No saber aprovechar las oportunidades que te da lo que hoy llamamos educación es no ver en ese cuchillo una herramienta de cocina. Es recibir el cuchillo y decir: «¡Este es un utensilio de muerte! ¡Lejos de mí!» Tan pernicioso es dejarse convertir en un robot por culpa de la educación formal, como rechazar las oportunidades de crecimiento que te pueda aportar esa misma educación. Y esa educación aporta oportunidades de crecimiento. Lo sé, porque yo la he sabido usar en ese sentido. No me ha impedido seguir mi camino espiritual (esté donde esté del camino), si no que me ha dado más herramientas para seguir transitándolo.

    Si la capacidad de crecimiento está dentro de cada uno, ¿como vamos a dejar que algo que viene de fuera lo trunque? ¿No estamos dándole así alas a una cosa imaginaria a interferir con nuestro crecimiento?

    En fin, aunque el argumento del artículo es acertado, en el sentido de que la función que cumple la educación es sobre todo adoctrinar y lobotomizar, es demasiado a menudo utilizado para excusar una falta de capacidad de aprovechar la capacidad de hacer guisos que te brinda el cuchillo.

    Un fuerte abrazo,
    Juan

    • Antonio Herrero Estévez says

      21 abril, 2020 at 3:25 pm

      ¡Qué gran comentario Juan! muchas, muchísimas gracias por tu gran aporte.

      Estoy de acuerdo contigo en que el crecimiento espiritual es el de aprender a no catalogar las cosas como buenas o malas, aún me queda mucho trabajo en ello. Por eso en esta ocasión yo no he considerado la educación formal mala, sino que la considero muy buena para cumplir su función, y su función es la de eliminar prácticamente todo vestigio de vida y pensamiento creativo en un niño. Por esa razón también me centro en otras educaciones, que también son buenas, buenas para la expansión de la vida, la conciencia, y del ser.

      Supongo que no has tenido ocasión de ver el documental que os pasé el otro día por whastapp, el cual es demasiado fuerte como para poner aquí y que te muestra cómo existe un plan trazado desde hace muchos años para acabar con la vida de los seres humanos. Un gran documental, el cuál por cierto habla de algo mucho más profundo de lo que dice a simple vista pues sólo se ha limitado a raspar la superficie.

      La analogía del cuchillo, la cuál a menudo es acertada para casi todo en la vida y yo mismo la uso como bien sabes, en este caso no funciona.

      Si a un niño recién nacido le das en el colegio un cuchillo y le dices durante años que la única función del cuchillo es matar, y además no le dices que existen guisos, ni tomates, ni cebollas, ni otros tipos de cuchillos, el niño, a no ser que tenga una madre cojonuda librepensadora y que se siente con él durante horas y horas a hablar de lo verdaderamente importante, es decir, una madre que crea en él y despierte su genio, su ser, ese niño, digo, crecerá pensando que el cuchillo sirve para matar pues es lo único que conoce, su cerebro no ha sido entrenado para conocer otras alternativas, y jamás se le ocurrirá que podía hacer un guiso delicioso, pues no sabe siquiera que existen los guisos.

      Ese niño sólo asocia cuchillo con matar.

      No lo sé, quizás tu estás hablando desde tu posición, la cual es X, y que muchas personas comparten (las personas que han tenido padres y/o profesores que han sabido ver más allá y se lo han transmitido. Esto lo especifico en el artículo, aunque quizás no lo he descrito correctamente), y yo estoy hablando de la posición Y, la cuál es otra posición que muchos, muchísimos millones de seres humanos comparten, y que son los cuales que no han tenido la suerte de contar con una persona que avivara su llama.

      Yo de hecho soy una mezcla perfecta entre X e Y. Mis colegios eran fábricas de esclavos y mi padre jamás me preguntó nada de pequeño, pero en cambio tuve la suerte de que mi madre creía mucho en mí e hizo lo que estuvo en su mano para ayudarme a crecer.

      Mira, la frase de Emerson «La mayor desgracia de un ser humano no es el hecho de que se va a morir, sino el no encontrar en su vida a nadie que le ayude a alcanzar lo que realmente puede llegar a alcanzar», es el resumen de mi artículo.

      Y esa desgracia de la que habla Emerson es la que te invitaba a mirar a tu alrededor, es decir, personas que están muy jodidas y tienen vidas realmente desgraciadas porque no han encontrado nunca en su vida a alguien que crea en ellos, puesto que la escuela per se no está diseñada para creer en ti, sino todo lo contrario, y por desgracia, no tuvieron la suerte de que sus padres fueran librepensadores.

      Por eso el capítulo se llama autodidacta, y se llama así porque lo que quiero decir es que la única alternativa que tienen muchos seres humanos que viven en esa desgracia, es la de formarse ellos mismos de manera autodidacta, de que sean ellos mismos los que crean en ellos mismos.

      Juan, ¿recuerdas cuando un amigo nos dijo que acababa de descubrir que era un esclavo llevando granitos de café a su malvado amo? Ese amigo, aún a pesar de ser un pedazo de genio, se dio cuenta de eso con 35 años. ¿Te imaginas si le hubieran educado para ser libre desde que nació, en vez de haberle educado para ser esclavo? ¿Dónde estaría con 35 años?

      Bien, pues la mayoría de las personas aún no se han dado cuenta de que son esclavas y por eso no pueden ponerse en acción.

      Lo último que te puedo decir es que, aunque quizás lo parece por el artículo, yo no estoy denostando mi pasado, sino que lo que estoy haciendo es comprenderlo y usándolo a mi favor. El hecho de que exista este blog y tú hayas escrito ese comentario, significa que yo he cogido el cuchillo y he hecho un guiso cojonudo para todos.

      ¿Sabes esa frase que usan muchas personas de «mi padre me pegó de pequeño y eso me hizo ser el que soy hoy»?

      Sí, Juan, yo hoy puedo contar lo que cuento gracias a lo que he vivido, al igual que Tony Robbins dice que ser abusado por su padre alcohólico le llevó a ser lo que es y así ayudar a millones de personas, al igual que una persona violada puede crear una fundación cojonuda para ayudar a personas maltratadas. Todo eso está muy bien y son mis cartas actuales, con las cuales trato de hacer la mejor jugada posible, pero eso no quita que aquí esté visualizando un futuro mejor para la humanidad donde las cartas sean mejores desde el inicio y donde no haga falta explicar que un cuchillo no sirve para matar porque eso no tenga ni pies ni cabeza, un futuro donde no haga falta explicar que es posible salir del infierno porque no haya gente en los infiernos, un futuro donde no haya personas maltratadas, donde no haya personas que se suicidan, es decir, un lugar donde no haya colegios de mierda.

      De eso va este blog :), de eso va la película «La Belle Verte» que te animo a ver, y de eso van otras civilizaciones más avanzadas que la nuestra. Mírate este vídeo para que veas de lo que hablo, lo cuál aún no puedes creer, pero con suerte dentro de poco lo harás.

      Mientras creo ese futuro seguiré jugando mis cartas en mi presente y debatiendo contigo cómo hacernos ricos y cómo tener una vida mejor y más feliz.

      Un abrazo gigante, te quiero mucho.

      • Juan says

        21 abril, 2020 at 5:03 pm

        Estás haciendo el mejor guiso 🙂

        Me encanta tu blog. Creo que es una fuente de crecimiento para todo el que lo lea. Por lo menos, para mí.

        Un abrazo enorme

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