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Hábitos atómicos. El libro que, cuando lo lees, ocurren cosas

Antonio Herrero Estévez · Jul 21, 2020 ·

Tu comportamiento suele ser un reflejo de tu identidad. Lo que haces es una indicación del tipo de persona que crees que eres, ya sea consciente o inconscientemente.
James Clear

A comienzos de 2019 le escribí un mensaje a alguien que decía así:

¿Por qué nunca se me había ocurrido buscarte en Linkedin? Buenas Vlad, te escribo porque me encantaría conocerte y… porque quiero recibir tus consejos a cambio de un paseo por Madrid y una cena 🙂

¿Que quién es Vlad? pues es el tío que, apostaría, más sabe de marketing de afiliación en España y quizás de Europa, que más dinero gana en ese sector, que más proyectos exitosos tiene, y que pareciera siempre va diez pasos por delante de los demás. Es el tío que, cuando se enteró que su negocio cayó un 30 ó 40 % debido a una actualización de Google, dijo: I don´t care, I just keep working. Es el tío que me hizo ver que, lo que me dijo Gonzalo años atrás, era posible, es decir: Ser una empresa que publicaba más de doscientos artículos a la semana (en uno sólo de sus proyectos, aunque tenía decenas de ellos) cuando yo apenas soñaba con cuatro.

El caso es que, para mi sorpresa, aquel rumano hiperproductivo me contestó y me invitó a que le fuera a ver a su oficina pasados unos días.

Cuando por fin llegó el momento de conocerle yo estaba nervioso, pues iba a conocer a una persona que, con uno sólo de sus consejos, yo podría revolucionar mi negocio. Para que te hagas una idea de la importancia de aquel evento para mí, es como si un actor que apenas ha comenzado su carrera se encontrase con Robin Williams o con Meryl Streep, como si un escritor que apenas chapurrea cuatro párrafos medianamente bien hechos, conociera a Isabel Allende o Cervantes.

Llamo al timbre y Vlad me recibe, tengo sólo treinta minutos para hablar con él pero al descubrir al pedazo de ser humano que tengo delante, en lugar de hablar de negocios lo hacemos de comida sana, de moral, de disciplina, de meditación y de libros. Él parecía ser un voraz lector, quizás uno de los mayores que me había cruzado en años, y los treinta minutos se convierten en sesenta, luego en ciento veinte y después en ciento cincuenta.

Vlad, si sólo pudieras recomendarme un libro, si sólo pudieras darme un título potente, ¿cuál sería? —Le pregunté.—

Querido lector, querida lectora, si algo he descubierto sobre libros y personas a lo largo de mi vida, es que hay personas que te pueden recomendar grandes libros, al igual que hay libros que te pueden recomendar a grandes personas.

Voy a darte dos, con estos libros prácticamente no hace falta leer mucho más. Las Leyes de la naturaleza humana de Robert Greene y Hábitos Atómicos de James Clear. —Me respondió.—

De Robert Greene hablaremos en otra ocasión, de James Clear, ahora.

Hábitos Atómicos. Pequeños cambios, grandes resultados

Desde que leí ese libro han ocurrido muchas cosas en mi vida, grandes cosas.

Por ejemplo, cuando fui por primera vez a un retiro de Vipassana y sentía que era imposible aguantar ese ritmo diario, pensé: No te preocupes por los días o las horas que quedan por delante, ocúpate sólo de hacer cinco minutos ahora. Luego seis minutos. Siete minutos después.

Y así, lo terminé con una sensación triunfante, de crecimiento.

O cuando al terminar la conversación con Vlad y tras haber recibido sus consejos para mi negocio y abrumarme ante la cantidad de trabajo que tenía por delante, me dije: Mejora un 1 % hoy Antonio, nada más. Busca qué puedes mejorar hoy, encuentra aquello que puedas hacer crecer un milímetro hoy.

O cuando empecé a aprender Chikung, o el carnet de moto, o matemáticas, o a saltar a la comba. O cuando, recientemente, he tenido que enfrentarme a varias decisiones difíciles: comprar coche, comprar casa, comprar finca, arreglarme la boca. O cuando he comprobado que volvía a caer en patrones adictivos y nocivos para mí y he tenido que reorientarme.

¿Sabes? No te estoy diciendo con esto que he tenido un alto grado de éxito en todo lo que me he propuesto ya que mi mierda huele mejor y como te dije hace poco en ocasiones echo rallos por el culo, no, pues al igual que tú soy mitad humano mitad perezoso, y además olvido con facilidad aquello que es bueno para mí. Lo que te estoy diciendo es que, siempre que he tenido el valor y la motivación suficiente y siempre que he puesto en práctica los conocimientos que adquirí en ese libro, he tenido un altísimo grado de éxito. Es sencillo: Si aplico los conocimientos, tengo éxito. Si no los aplico, a veces sí, casi siempre no.

Bien, ahora te resumiré lo más valioso que encontré en Hábitos Atómicos, y quizás algún día lo leas, y quizás lo aprendas y, quizás, lo pongas en práctica y entonces, posiblemente, tengas mucho éxito en todo aquello que te propongas.

El comportamiento humano está siempre cambiando, de situación a situación, momento a momento, segundo a segundo. Pero este libro es sobre lo que no cambia. Es sobre los fundamentos del comportamiento humano, los principios duraderos en los que te puedes apoyar año tras año. Las ideas sobre las que puedes construir un negocio, una familia, una vida.
James Clear

Por qué los pequeños hábitos hacen GRANDES diferencias

A menudo nos intentamos convencer a nosotros mismos de que el enorme éxito requiere enorme esfuerzo, ya sea perder peso, construir un negocio, escribir un libro, ganar una competición o cualquier otra meta, por eso nos auto presionamos para hacer alguna jugada maestra de la que hable todo el mundo, algo extraordinario.

En cambio, mejorar un 1 % no nos parece importante, a veces ni siquiera notable pero, de hecho, puede ser mucho más significativo, especialmente a largo plazo.

La diferencia que las minúsculas mejoras puede hacer en el tiempo es, sencillamente asombrosa.

Las matemáticas funcionan así: Si puedes mejorar un 1 % cada día durante un año, terminarás treinta y siete veces mejor cuando termine. Del mismo modo, si empeoras un 1 % cada día durante un año, disminuirás casi a cero.

Lo que comienza como una pequeña victoria o un pequeño retroceso, con el tiempo se acumula en algo mucho mayor.

pequenas ganancias uno por ciento

Tomar la decisión de mejorar o empeorar un 1 % nos parece insignificante, pero esas decisiones, a lo largo del tiempo, determinarán la diferencia de quien eres y quién podrías ser. El éxito es una suma de tus hábitos diarios, no son un evento excepcional súper transformador.

No importa la cantidad de éxito o fracaso que tengas ahora mismo, lo que importa es hacia dónde te están conduciendo tus hábitos. Deberías estar mucho más preocupado de tu trayectoria actual, que de tus resultados actuales.

Si eres millionario pero gastas más de lo que ganas cada mes, estás en una mala trayectoria, y si tus hábitos de gasto no cambian, acabarás en bancarrota. Del mismo modo, si estás en bancarrota pero ahorras cada mes un poquito, entonces estás en el camino hacia la libertad financiera, incluso si vas más lento de lo que te gustaría.

Obtienes lo que repites.

El tiempo magnifica el margen entre el éxito y el fracaso, y multiplicará aquello que alimentes. Los buenos hábitos hacen del tiempo tu aliado, los malos hábitos, tu enemigo.

  • Productividad compuesta: Cuantas más tareas puedes hacer sin pensar, más liberas a tu cerebro para que pueda enfocarse en otras áreas.
  • Aprendizaje compuesto:  Cada libro que lees no sólo te enseña algo nuevo sino también abre la puerta a nuevas formas de pensamiento sobre tus viejas ideas.
  • Relaciones compuestas: Las personas te reflejan tu comportamiento. Cuanto más ayudas a otros, más te ayudarán.

Cómo funciona el progreso

Sabía que si las cosas iban a mejorar, yo era el responsable de hacerlo.
James Clear

El progreso tarda en llegar, es decir, se retrasa en el tiempo.

Tú esperas que tus mejoras sean lineales, es decir, que cada vez que haces algo positivo esperas como resultado inmediato un beneficio, una mejora. Por ejemplo, si vas a clases de piano, esperas que el quinto día toques mejor que el cuarto, y el décimo día mejor que el noveno. Pero el progreso no funciona así.

Durante mucho tiempo, aunque estás realizando acciones de progreso, no verás esos resultados. El progreso está ahí, pero es tan minúsculo que no puedes verlo a simple vista.

Los momentos de gran cambio son a menudo el resultado de muchas acciones previas, que han acumulado el potencial necesario para desencadenar un cambio importante.
James Clear

Este patrón se ve en todas partes: El cáncer permanece oculto el 80 % de su vida, pero en unos pocos meses cubre todo el cuerpo. El bambú no se ve en los primeros cinco años de vida, pues sus raíces están creciendo y expandiéndose por el suelo, y de repente, verás aparecer un pequeño tallo, y podrá llegar a crecer hasta 30 metros en unas pocas semanas.

Esta es la razón principal por la que es tan difícil construir hábitos que duran

Las personas realizan unos pequeños cambios y, como esperan ver resultados que no llegan, abandonan. Piensan ¿He estado corriendo durante un mes y no puedo ver ningún cambio en mi cuerpo? Cuando ese pensamiento aparece, es fácil que abandonemos nuestros hábitos.

Para hacer cambios significativos en tu vida, necesitas persistir el tiempo suficiente para romper lo que James Clear llama «la meseta del potencial latente». Si estás luchando y luchando para construir buenos hábitos o romper los malos y no consigues resultados, no es porque hayas perdido tu capacidad de mejorar, es porque aún no has cruzado la meseta del potencial latente.

La maestría requiere paciencia.

Olvídate de tus metas, focaliza en tu sistema

Las metas, hablan de los resultados que quieres obtener.
Los sistemas, hablan del proceso que sigues y que conducen a los resultados.

  • Ejemplo: si eres músico, tu meta puede ser tocar una nueva pieza, y tu sistema es cuánto practicas, qué haces para solventar los problemas con los que te encuentras, y qué método usas para recibir e implementar las correcciones de tu profesor.
  • Ejemplo: una meta es querer adelgazar y además estar fuerte para el verano, un sistema es hacer un ayuno de 18 horas cada miércoles, hacer yoga cinco veces a la semana, hacer tres comidas diarias y levantar peso cada dos días.
  • Ejemplo: una meta es encontrar trabajo, un sistema es llamar a cinco empresas cada día y hacer dos cursos de algo puntero y relacionado al mes.

Si quieres buenos resultados, olvídate de las metas, focaliza en el sistema.

¿Estoy diciendo que las metas son inútiles? No. Las metas nos muestran la dirección a seguir, pero los sistemas son mejores para obtener progresos y resultados. Los problemas aparecen cuando empleas demasiado tiempo en definir tus metas, y muy poco en diseñar tus sistemas.

No olvides que los ganadores y los perdedores tienen ambos las mismas metas, lo que les diferencia es cómo se acercan a ellas.

Las metas restringen tu felicidad

Dices: cuando consiga esto, seré feliz. Cuando acabe la carrera, seré feliz. Cuando gane mis primeros 50.000 €, seré feliz. Cuando pueda levantar 100 kg, seré feliz. Te prometes a ti mismo que cuando consigas tu meta, podrás relajarte y estar tranquilo, así que haces depender tu felicidad de tus resultados del futuro.

El antídoto para este veneno es el focalizar en el proceso en lugar de en los resultados.

Cuando te enamoras del proceso en lugar del resultado, no tienes que esperar a darte permiso para ser feliz, pues obtendrás satisfacción todas y cada una de las veces que estás accionando el sistema.

Ejemplo: Cuando termine este curso, seré feliz Vs Cada vez que estudie diariamente tres horas, seré feliz.

Es tu compromiso con tu proceso lo que determinará tu progreso.

No subes al nivel de tus objetivos, sino que caes al nivel de tus sistemas.
James Clear

Cómo tus hábitos modelan tu identidad

Compórtate como aquello que quieres ser.

Imagínate a dos personas que dicen estar dejando de fumar y alguien les ofrece un cigarro. En función de sus creencias de su propia identidad, responderán una u otra cosa.

  • Persona 1: No gracias, lo estoy dejando. Esta persona se siente identificada con su antiguo yo fumador. Cada vez que dice «lo estoy dejando», se está identificando con su viejo yo, es decir, curiosamente se identifica con aquello que quiere olvidar.
  • Persona 2: No gracias, no fumo. Esta persona se quiere identificar con su nuevo yo, no fumador. Cada vez que dice «no fumo» y rechaza un cigarro, refuerza su nueva identidad, aquella que quiere en su vida.

Convertirte en la mejor versión de ti mismo requiere que continuamente revises tus creencias y que actualices y expandas tu identidad.

Tu identidad moldea tus hábitos y tus hábitos moldean tu identidad.

Tu identidad no está escrita en piedra, tienes libertad de ser quien quieras en cada momento. Puedes elegir la identidad que quieres reforzar hoy con los hábitos que realizas hoy.

Decide el tipo de persona que quieres ser, después pruébalo con pequeñas victorias.

  • Cada vez que escribes una página, eres escritor.
  • Cada vez que practicas violín, eres músico.
  • Cada vez que entrenas, eres atlético.
  • Cada vez que animas a tus empleados, eres un líder.

Cuanto más repites un comportamiento, más refuerzas la identidad asociada a ese comportamiento. Tu identidad es literalmente «tu yo repetido».

Cuantas más evidencias tienes de una creencia, más fuertemente creerás en ella. Por ejemplo, si haces la cama todos los días y limpias cada dos días tu casa, más creerás que eres una persona limpia y organizada.

Por qué tu cerebro construye hábitos

Cada vez que tu cerebro se encuentra con una situación, se pregunta: ¿Qué tengo que hacer ahora? y eso le consume energía que no puede emplear en otros aspectos. Por eso, cuando haces algo repetidas veces tu cerebro lo acaba interiorizando y haciendo prácticamente solo, sin fricción, sin apenas consumo de energía.

El experimento de los gatos de Thorndike: Hace años hicieron un experimento con unos gatos. Les metieron en una cajita cerrada donde había un botón. Cuando el gato pulsaba el botón, la puerta se abría y el gato podía salir y comer.

Al principio cada gato se quedaba minutos dando vueltas dentro de la caja, tocando todo, hasta que de repente tocaba el botón y la puerta se abría.

La primera vez que metieron al gato en la caja consiguió salir en 90 segundos. La segunda vez, en 60. La tercera, en 15. Luego en 28. 20. 30. 22. 11. 15. 20. 12. 8.8.6.6.7.

¿Sabes? los humanos hacemos lo mismo.

  • 🧡 Con la práctica, tu cerebro elimina cada vez más las preguntas de ¿qué tengo que hacer ahora? así puede concentrarse en ir directamente a la solución.
  • 🧡 Los hábitos son simplemente una serie de soluciones automáticas que resuelven problemas y situaciones de estrés.
  • 🧡 Construir hábitos en el presente, te permite hacer más de lo que tú quieras en el futuro.
  • 🧡 Los hábitos son atajos mentales aprendidos a través de la experiencia.

Querido lector, querida lectora, esto es lo más valioso que leí, lo más fácil de recordar, lo más fácil de implementar, pero en realidad el libro está absolutamente lleno de joyas que te van descubriendo, más y más, cómo construir mejores hábitos, cómo encadenar buenos hábitos, cómo eliminar malos hábitos, cómo reprogramar tu cerebro para realizar tareas difíciles… o, también mi favorito: La regla de los dos minutos.

¿Qué dice la regla de los dos minutos? Cuando quieras empezar un nuevo hábito, hazlo de pequeño a grande, empieza con algo que te lleve muy, muy poco tiempo, generalmente menos de dos minutos.

¿Quieres leer más? Lee una página.
¿Quieres hacer yoga? coge tu esterilla y haz una o dos posturas.
¿Quieres estudiar para el examen? Abre tus apuntes y léelos.

Póntelo fácil y haz crecer el hábito en ti, paso a paso, hasta llegar a cotas más complejas.

¿Quieres escribir?

  • Muy fácil: Escribe una frase.
  • Fácil: Escribe un párrafo.
  • Moderado: Escribe mil palabras.
  • Difícil: Escribe cinco mil palabras.
  • Muy difícil: Escribe un libro.

¿Quieres meditar?

  • Muy fácil: Medita un minuto.
  • Fácil: Medita cinco.
  • Moderado: Medita veinte.
  • Difícil: Medita una hora.
  • Muy difícil: Haz un retiro largo.

Te deseo muchos y buenos hábitos para que seas más feliz, más abundante, más libre.

Gracias por leerme.

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Reader Interactions

Comments

  1. David says

    21 julio, 2020 at 1:11 pm

    Hola Antonio,

    En los pocos meses que hace que te sigo me has descubierto cosas nuevas, recordado cosas que tenía olvidadas y sobretodo ayudado a poner el foco en las cosas que realmente me ayudan a mejorar.

    Ese libro «Atomic habits» lo tenía en el radar desde hace tiempo y creo que tu artículo ha sido el empujón que necesitaba para animarme a leerlo.

    Toda la literatura que envuelve los temas de autoayuda y establecimiento de hábitos para vivir una vida más productiva…siempre han tenido mala prensa en mi entorno, pero a mi siempre me han fascinado.

    También pienso que hay gente que lee y lee, se informa… y muchas veces no se ponen manos a la obra, no aplican lo aprendido ni entran en acción. He sido culpable de eso en muchos momentos de mi vida.

    Quería compartir contigo y tus lectores, una cita que leí recientemente que está más o menos relacionada con este tema y me gustó mucho. Nos ayuda a valorar la importancia de HACER además obviamente de aprender. Está en inglés (sorry):

    «Just enough sense to stick with something-a chore, task, project-until it’s completed pays off much better than idle intelligence, even if idle intelligence be of genius caliber. For stickability is 95 percent of ability.»
    The Magic of Thinking Big
    David J Schwartz

    Te agradezco estos artículos. Se nota que están trabajados y hay investigación y experiencias valiosas detrás de ellos. Ya quedaremos para hablar algún día como tú hiciste con Vlad.

    Saludos!

    • Antonio Herrero Estévez says

      24 julio, 2020 at 2:47 pm

      ¡Gracias por tu aporte David! muy grande. O como diría MjdeMarco: Hay una gran diferencia entre interés y compromiso. Interés es leerte un libro. Compromiso, es aplicarlo 50 veces.

      ¡Un abrazo y gracias por leerme!

  2. GUSTAVO PETIT says

    21 julio, 2020 at 1:30 pm

    Muy claro y conciso. Me llego.!!! Gracias
    Empiezo HOY.
    Gracias

  3. Miriam says

    23 julio, 2020 at 2:01 pm

    Hola Antonio,
    Quería darte las gracias por toda la sabiduría que compartes!
    Ya he comprado el libro…ya te contaré.
    Gracias, Gracias, Gracias

    • Antonio Herrero Estévez says

      24 julio, 2020 at 2:44 pm

      ¡Hola Miriam! me alegro mucho que lo hayas comprado ¡espero te haga crecer aún más!
      de nada de nada de nada

  4. Marina says

    1 octubre, 2020 at 9:22 am

    Muy bueno Antonio ¡¡ me gusta mucho como lo has desarrollado, muchas gracias por compartir este libro , habia escuchado un podcast en youtube https://youtu.be/f-lBx9Bc5HA que tambien habla del libro por si a alguien le apetece escucharlo. Salud ¡¡

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