• Saltar a la navegación principal
  • Saltar al contenido principal

∞ Ricos y Libres ∞

Porque abundantes y libres era muy largo

  • Capítulos
    • Favoritos
  • Sobre mí
  • Manifiesto
  • Pues eso
  • Show Search
Hide Search

De qué hablo cuando hablo de disciplina

Antonio Herrero Estévez · Jun 29, 2020 ·

Estar inspirado, ese es el secreto.
Andre Agassi

El otro día hablaba con una amiga sobre hábitos y ella me dijo: …sí Antonio, pero es que tú eres muy disciplinado, yo no podría.

Y a mí me dio por reír pues son varias las personas que, últimamente, me han dejado caer algo así.

Verás.

La verdad es que yo soy muy disciplinado y esa es la razón por la que puedo hacer todo lo que me propongo, ya que, querido lector, querida lectora, soy muy consciente de que la vida es para aprovecharla, como tú quieras, sí, como tú decidas, sí, pero aprovecharla.

Por eso me acuesto todos los días temprano con el estómago vacío ya que he cenado varias horas antes o incluso ayunado gracias a mi disciplina, y me levanto siempre a las cuatro de la mañana gracias a mi disciplina, me ducho con agua helada gracias a mi disciplina, hago Asthanga yoga una hora gracias a mi disciplina y medito con una concentración digna de Yoda durante otra gracias a mi disciplina.

Después vienen las pesas y trabajo de fuerza durante veinte minutos, luego comba, flexiones, handstand, chikung.

Después escribo para mi blog durante sesenta minutos donde sólo existen las palabras y el canto vespertino de los pájaros y eso me permite tener toda la línea editorial organizada y con varias semanas de adelanto.

Ahora empieza mi estudio de matemáticas, voy tan avanzado que de hecho estoy pensando sacarme una ingeniería industrial, luego aprendo Italiano cuarenta y cinco minutos, ya hablo seis idiomas y no pienso parar hasta que me maneje con fluidez en diez, acto seguido leo treinta minutos con absoluta presencia y sin distracciones.

A las 9:00, tras haber hecho todo lo que considero más importante para mi día, viene un desayuno orgánico y sano de manera lenta y pausada contemplando cada bocado, masticando sin prisa, feliz.

A las 10:00 empiezo a trabajar y empleo exactamente tres horas muy focalizado, llevando todo controlado y creando acciones de gran impacto y teniendo objetivos perfectamente definidos a corto, medio y largo plazo.

Mi equipo y yo trabajamos en perfecta armonía, todo va como la seda. Mis finanzas son sistemáticamente revisadas cada lunes y cada primero de mes, orientándolas siempre hacia buen rumbo y con perspectivas de crecimiento sostenido.

Mi sensación de aporte a la sociedad es reconfortante.

Durante el día miro el móvil no más de cinco veces y al menos cuatro de ellas por alguna razón productiva pues tengo un gran control sobre mí mismo gracias mi férrea disciplina. Además de eso, hago largos ayunos periódicamente, soy voluntario en varios sitios, encuentro momentos de relax para mí y siempre, siempre, siempre, tengo tiempo de calidad para toda mi familia, amigos e incluso desconocidos.

Y aún no te he dicho lo mejor.

Tengo la disciplina suficiente para detener toda esta disciplina durante varios días al mes donde sólo estoy en calma, sin autoexigencias, sin retos ni metas ni carreras, queriéndome, dándome espacio, dándome caprichos, dándome amor, sólo estando, siendo.

Ah por cierto, siempre llego con bastante antelación a mis citas para así ir relajado y, además, echo rayos por el culo.

Ahora en serio.

¿Sabes? No voy a ir de humilde contigo porque no nos ayudaría a ninguno, trataré más bien de ser realista.

En realidad, eso que has leído arriba no es tan distante de mí hoy. Esa es mi meta y estoy en el camino. Al principio del camino, sí, pero en el camino.

En lugar de despertarme a las cuatro de la mañana, a veces consigo despertarme a las siete durante tres días seguidos. Otros, me levanto a las nueve con sensación de estar perdiendo el tiempo. En lugar de meditar una hora concentrado como Yoda, casi siempre medito media concentrado como skywalker de bebé mirando un sonajero. En lugar de hacer Yoga una hora diaria, suelo conseguir hacer veinte minutos casi todos los días de la semana.

Cuando hago pesas… hago siete. Dios no puedo ni una más.

Sólo hablo español y aunque me defiendo bastante bien con inglés y a veces aprendo italiano, la última vez fue hace seis meses con duolingo. Diez minutos duró mi aprendizaje.

A veces planifico mi trabajo, otras veces paso horas frente a la pantalla sin hacer absolutamente nada productivo.

Me he puesto el reto de no mirar el móvil hasta las once de la mañana. Lo consigo dos días sí y un día no. A veces me dejo el móvil en casa para así no distraerme con él, a veces no. El resto del tiempo miro el teléfono cada diez minutos, a veces cada cinco, a veces cada hora, especialmente cuando trabajo, a ver si algo o alguien me quiere y me hace sentir especial.

En ocasiones llego puntual a mis citas. En otras ocasiones, muchas, pasa esto: no puede ser posible, otra vez tarde, soy un desastre, un informal.

Querido lector, querida lectora, lo que quiero transmitirte es que, probablemente al igual que tú, a veces hago algunas cosas bien por las que me siento orgulloso y otras muchísimas hago algunas cosas por las que me siento un perdedor (estoy trabajando en ello), al igual que tú a veces he conseguido lo que me he propuesto y otras veces me he quedado con la amarga sensación de no conseguir nada.

Aún así, sí, venga, es verdad, vamos a aceptar que en mi vida hay una cierta autodisciplina, vamos a aceptar que, visto desde fuera y dependiendo con quien me compares, a veces hago cosas que parece se salen de lo común, pero lo que mucha gente no sabe es que yo, así como la mayoría de las personas que conozco que consiguen retos, sistemas, hábitos y metas, tengo un truco muy sencillo para avanzar por el camino de la disciplina y, si me acompañas, te lo voy a contar.

Pero antes de nada, déjame decirte…

Descubre lo que es bueno, y después aprende a amarlo.
Shantideva

Qué es la disciplina para mí

No sé a ti, pero a mí siempre me causan admiración las personas que consiguen realizar sus propósitos, y la verdad es que me da exactamente igual lo que esto sea.

Fíjate, hasta me admiro a mí mismo cuando lo hago.

Ya sea que consigan despertarse a la hora que se han propuesto, o terminar una maratón, educar a sus hijos en el amor, sentarse a meditar varias veces por semana, pintar un cuadro, aprender un idioma, recoger su habitación, sacar adelante un proyecto, escribir un libro, o cuidar un huerto, lo que sea.

¿Y sabes por qué lo admiramos? porque, inconscientemente, nos causa placer contemplar la energía bien aprovechada.

Un girasol moviéndose en la dirección del sol, un coche aerodinámico, un riachuelo que fluye por su cauce, una rueda que gira sin apenas resistencia, todo es energía bien aprovechada. Nosotros vemos, sin saberlo, cómo la energía pasa de un lugar a otro lugar sin presentar problemas, y eso nos regala una sensación de armonía, de natural, de vida.

Eso es la disciplina para mí. Poner mi energía allá donde creo que debería estar. Acercarme, todo lo que pueda, cada día un poquito, sin importar si hoy doy tres pasos hacia adelante y mañana dos hacia atrás, con respeto hacia mí, con ilusión, como un juego, hacia aquello que quiero cerca en mi vida.

En cuanto a las personas que dicen mucho pero consiguen poco, es decir, la mayoría de nosotros la mayor parte de nuestra vida, también las admiro porque tienen eso, vida, tienen sueños, tienen la intención, tienen la voluntad y, aunque de sueños, intenciones y voluntades no se vive, es el primer y más importante paso.

¿Y sabes qué?

Que la única razón por la que hay más personas que dicen de las que consiguen, es porque a la gran mayoría de nosotros nadie, nunca, nos ha enseñado cómo hacer, cómo conseguir, cómo acercarnos hacia aquello que queremos cerca.

Decide el tipo de persona que quieres ser. Pruébatelo a ti mismo con pequeñas victorias.
James Clear

Qué no es la disciplina para mí

La disciplina para mí no es cuestión de seguir reglas, de sacrificios, de imposición, de estrés, de seriedad. La disciplina no es caminar con rectitud el sendero trazado por otros porque que ellos saben qué es mejor para mí y para mi desarrollo. La disciplina no es ver la vida como una encrucijada donde o haces esto o haces aquello. Disciplina no es poner cara de cabreo, de ocupado, o de importante. Disciplina no es levantarme a las cinco o no comerme un helado de chocolate entre horas porque así es la única forma de respetarme a mí mismo. Disciplina no es o soy una persona disciplinada veinticuatro horas al día o no soy nada.

Nada de eso es disciplina para mí.

Sin embargo, cada vez que hago una acción que va en la dirección de mi pensamiento, cada vez que palabra y movimiento están alineados, soy disciplinado.

Cada acción que haces es un voto para el tipo de persona en la que quieres convertirte. Cada vez que escribes, te conviertes en escritor, cada vez que tocas el violín, te conviertes en músico, cada vez que haces ejercicio, te conviertes en un atleta. ¿Qué acciones puedo tomar para convertirme en ese tipo de persona?

James Clear

El secreto de la disciplina

Hace unos días vino a dormir un amigo a casa.

Al despertarse, mi amigo me encuentra haciendo yoga, sudando.

Buenos días, buenos días.

Él se enciende un cigarro, mira el móvil, se prepara un café.

Después de meditar un rato, salgo al jardín, cojo la comba y empiezo a dar saltos. Trescientos. Cuatrocientos. Comienzo a sudar otra vez. Paro, me cuelgo de un árbol. Vuelvo a la comba, sigo saltando, jadeante. Cien, doscientos.

Mi amigo sale. Qué bien te veo. ¿Qué rutinas tienes?

Se lo cuento.

Manuel, lo primero que he hecho al despertarme ha sido apagar la alarma del móvil, que estaba a dos o tres metros de la cama. Después, he hecho unas respiraciones de pranayama (te las conté aquí) mientras iba tomando consciencia de dónde estaba. Después he hecho unos ejercicios de cadera y espalda que aprendí en chikung, no más de dos o tres minutos. Luego he hecho unos veinte minutos de yoga, me activa mucho y me energiza completamente el cuerpo. Luego medito unos treinta minutos.

Luego pues depende, ahora por ejemplo estoy haciendo un curso de ocho semanas que se llama Entrenamiento Mental Integral.

Luego…

Y le sigo contando, detallando.

Joder vaya motivación tienes, qué autodisciplina, yo no podría. —Responde—. ¿Cómo lo haces?

¿De verdad quieres saberlo?

Pues sí tío, no sé.

Es muy sencillo. Mira, siéntate. Lo primero, no me mires a mí, mírate a ti. ¿Qué es lo primero que has hecho cuando te has despertado? Mirar el móvil en la cama, supongo que tus whatsapps, tus emails y alguna red social, ¿no?

Sí.

Luego he visto que te has encendido un cigarro. Luego un café. Luego no lo sé.

Sí. Ir al baño con el móvil.

Bien. ¿Sabes lo que hago yo? Es más, ¿sabes lo que llevo haciendo varios años?

Qué.

Hace años me di cuenta de que necesitaba inspiración externa hasta encontrar mi inspiración interna.

Hoy tú me ves y sólo ves inspiración interna. Me ves y piensas, quizás con envidia, en la autodisciplina que tengo, en la movitación, en la energía.

Pero no siempre ha sido así.

Un día me di cuenta de que necesitaba al menos leer unos párrafos de un libro o ver un vídeo cada mañana al despertar que me recordara el camino a seguir.

Alguien que me inspirara, que me motivara. Alguien que me indicara el lugar donde se hallaba escondida mi energía, mi disciplina, mi yo puedo. Alguien que hubiera conseguido aquello que yo quería conseguir, aunque ni siquiera lo tuviera muy claro. Alguien que hablara mi idioma, que se expresara en los términos que yo encontraba amigables.

Cada diez minutos de vídeo que veía, me motivaba veinticuatro horas. Era un buen intercambio.

¿Pero sabes? Al día siguiente volvía a decaer, mi motivación volvía a bajar, mis patrones adictivos volvían a aparecer. Yo no soy de las personas cien por cien motivadas, eso se lo dejo a los fuertes. Yo soy más bien normalito, de a pasitos, de a pequeñas dósis, de ir haciendo, construyendo.

Así que cuando venían los patrones adictivos, lo único que tenía que hacer era acordarme de volver a encontrar algo que me motivara, que me inspirara.

Dicen que somos la mezcla de las cinco personas con las que pasamos más tiempo, por eso yo he pasado mucho tiempo con Robert Kiyosaki, James Clear, Mario Alonso Puig, Paramahansa Yogananda, Anthony de Mello, Sergio Fernández, Tony Robins, Mark Manson, Steven Covey, Steve Jobs, Mj DeMarco, Ángel Alegre de vivir al máximo, Jordan Peterson, Marcos Vázquez de Fitness Revolucionario.

¿Te das cuenta?

Entonces abro el ordenador. Mira Manuel, voy a enseñarte qué es lo primero que he leído hoy al abrir el ordenador.

Este email lo manda Isra Bravo, de motivante.com

La gente tiene tendencia a complicar las cosas pensando que los resultados deben estar ahí. Si es sencillo, no puede haber dinero, sin embargo, en la sencillez sí está el dinero. Sencillo no significa fácil, claro. A mí me costó mucho tiempo entender que ganar dinero es sencillo, insisto, no fácil.

Sencillo.

Y que el «truco» no es pensar en el millón de cosas que se supone que tengo que hacer, al contrario… El «truco» es descartar un millón de cosas absolutamente absurdas que me complican la vida y no me llevan a ningún sitio.

Después de ese email he leído uno de Ángel Alegre donde nos cuenta cómo, después de un duro año de trabajo, se va tres meses de vacaciones o quizás se va a viajar por el mundo de manera indefinida con su novia.

¿Comprendes?

Sólo estoy suscrito a tres o cuatro listas de correo y todo lo que me entra es positivo, energizante, retador.

Después de años y años siendo inspirado día y noche por otros he empezado a encontrar la inspiración en mí mismo, he empezado a saber canalizar mi energía.

Al principio te costará mucho trabajo hacer cambios y tener la disciplina que te gustaría pues eres como un gran buque de carga que lleva una dirección marcada. Tus giros serán lentos, costosos y pesados, pero a medida que cojas ritmo, a medida que sigas indicándole al timón hacia dónde quieres ir, irás viendo nuevos horizontes, nuevos vientos, nuevas marejadas. Llegará un momento en el que tu buque tendrá una dirección más adecuada, más favorable a ti, y entonces sólo tendrás que ir haciendo pequeños micro-movimientos para orientarlo.

¿Quieres ser más disciplinado? Observa a otros que ya lo son. Estar inspirado, ese es el único secreto.

Ya sabes. Si comes zanahorias, ¿qué cagarás?

Gracias por leerme.

Una de las cosas más efectivas que puedes hacer para construir mejores hábitos es unirte a una cultura donde tu comportamiento deseado es el comportamiento normal.
James Clear

Interacciones con los lectores

Comentarios

  1. Lourdes dice

    30 junio, 2020 en 11:19 am

    Al inicio de la lectura de tu nuevo artículo, me he quedado sin palabras, sin respiración, no podía dar crédito a lo que estaba leyendo, pero al seguir con la lectura he podido respirar tranquila. Creo que eres una persona muy disciplinada en las cosas que te interesan y te ilusionas fácilmente con ellas, y lo más importante, estás en el camino que quieres y por eso es el correcto, es tu deseo,

  2. Edu dice

    30 junio, 2020 en 3:19 pm

    Has comenzado describiendo mi día ideal! 🙂 te ha faltado trabajo en la tierra, en el huerto y sacando zarzas de raiz durante 45 minutos.

Copyright © 2022 · Ricosylibres.com | Porque abundantes y libres era muy largo

  • Ahora
  • Los buscadores
  • Aviso Legal