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Ricos y Libres

Porque abundantes y libres era muy largo

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La ciencia de hacerse rico

Antonio Herrero Estévez · Feb 24, 2020 ·

Pedid y se os dará.
Mateo, VII-7

Hace unas semanas fui a visitar a mi amigo Rómulo a Valencia, la historia de Rómulo es curiosa. Durante diecisiete años trabajó como bombero, hasta que, un buen día y tras supongo muchas vivencias difíciles, tuvo lo que se conoce como “el despertar de la conciencia”. Entonces dejó su trabajo el cual amaba para dedicarse a algo que también amaba, que es enseñar por toda España a los que andamos dormidos precisamente a eso, a despertar, a cada vez ver más y a cada vez dormir menos.

¿Que qué es el despertar? el despertar es, entre otras cosas, algo así como el darte cuenta de qué eres algo increíble, pero no increíble en plan “mírame qué increíble soy”, sino más bien “todo es increíble, y si todo es increíble yo también debo serlo”, de darte cuenta que te mereces lo mejor, de que todos los seres vivos se merecen lo mejor, y de que el amor y la abundancia es el único camino para conseguirlo.

No es posible despertar a la conciencia sin dolor. La gente es capaz de hacer cualquier cosa, por absurda que parezca, para evitar enfrentarse con su propia alma. Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad.
Carl G. Jung

Tendrías que ver a Rómulo.

A Rómulo podrás verle en muchos sitios, por ejemplo un día le verás en una casita para pescadores frente a la playa que bautizó como “La casita de los corazones”, o podrás verle en su autocaravana aparcada en la casa de campo cuando viene a Madrid. Un día le verás dando una charla, otro le verás en su 4×4 yendo a por una paella gigante. Un día le verás bajando la moto que tiene tras la autocaravana y recorriendo las calles de algún pueblo o ciudad, y otro día le verás caminando tranquilamente por cualquier lugar y diciendo algo así como “qué maravilla”.

Cuando llegué a Valencia Rómulo estaba trabajando con una sonrisa en reconstruir una vieja casa de campo en ruinas que le han prestado, y en sólo unas semanas de trabajo ya empezaba a percibirse que aquello iba a ser un auténtico paraíso.

Algo que me sorprendió de él aquel fin de semana es cuando le pregunté; Rómulo, ¿no te agobias de ver tantas cosas derruidas y de saber el inmenso trabajo que te queda por delante? y él me dijo: Antonio, todo está terminado ya en mi mente y es precioso, todo está hecho ya. Ahora lo único que tengo que hacer yo es materializarlo.

Un pensamiento curioso ese, muy jipi, dirán algunos.

Te estoy contando todo esto porque cuando estaba en la casa de Rómulo encontré un libro muy especial, tan especial que ha hecho que, en vez de escribirte hoy el capítulo que tenía en mente, haya decidido compartirlo contigo para que, si quieres, lo leas.

La ciencia de hacerse rico

Ojeando su biblioteca encontré La ciencia de hacerse rico, un pequeñísimo libro publicado en 1910 por un tal Wallace Delois Wattles.

Cuando empecé a leer sus páginas te aseguro que quedé tan sorprendido que no paré hasta terminarlo, y en cuanto llegué a Madrid me lo compré en una librería para poder leerlo a menudo.

Era como si todo lo que había aprendido en los últimos años en decenas de libros de desarrollo personal, textos Budistas, charlas de las clases de filosofía en La India, y en algunas de las charlas de la tarde en el retiro de Vipassana, estuvieran magistralmente condensadas y explicadas ahí.

Cuanto más leía más me daba cuenta de que ese libro era algo así como una llave maestra, una llave que abre todas las puertas. Cada vez me intrigaba más quién sería el autor y cómo llegó a conocer todo eso en esa época.

La idea principal es esta a continuación, la cuál Wallace repite una y otra vez para que lo aprendas e interiorices, agárrate:

Hay una materia pensante de la que todas las cosas están hechas, y que, en su estado original, se impregna, penetra y llena los espacios del universo.

Un pensamiento en esta sustancia produce la cosa que es imaginada por el pensador.

Una persona puede formar cosas en su pensamiento, y, al imprimir su pensamiento en la sustancia sin forma, puede causar que la cosa en la que piensa sea creada.

Materia pensante, sustancia sin forma… ¿de qué mondongos estará hablando este hombre?

Parece que dice que el universo es una consciencia inteligente que está en todas partes, y que si un ser humano (como tú 😀), que también es parte de esa consciencia inteligente, tiene un pensamiento sobre algo, podrá crearlo, materializarlo.

En pocas palabras: con tu mente puedes crear y materializar.

Muy loco todo, muy jipi.

Querido lector, querida lectora, yo la verdad es que sé muy poco de todas estas cosas porque soy un ignorante, pero el otro día, leyendo aquí y allá me encontré con las palabras que pronunció el físico y matemático alemán Max Planck cuando recibió su premio nobel de física en 1918 por sus descubrimientos en la física cuántica:

La naturaleza de la materia.

Como alguien que ha dedicado su vida entera a la ciencia más bien fundamentada, al estudio de la materia, puedo decir esto como resultado de mis investigaciones sobre los átomos: la materia no existe como tal. Toda la materia se origina y existe sólo debido a una fuerza que hace vibrar la partícula de un átomo y que da cohesión a este sistema solar tan diminuto. Tenemos que suponer que detrás de esta fuerza, hay la existencia de una mente consciente e inteligente. Esa mente es la matriz de toda la materia.

De igual modo no sé muy bien qué quería decir ahí Max Planck, así como tampoco sé lo que querían decir las escrituras Indias del Bhagavad-gītā cuando hace miles de años pronunciaron:

Yo soy la fuente de todos los mundos materiales y espirituales. Todo emana de mí. Los sabios que saben esto perfectamente, se dedican a mi servicio devocional y me adoran con todo su corazón.

Ni siquiera sé muy bien qué quiere decir la iglesia católica cuando dice eso de “Dios está en todas partes” o como cuando Jesucristo decía “El reino de Dios está dentro de vosotros”.

Ya te digo, no lo sé, todo es muy nuevo para mí y, no sé a ti, pero a mí cuando era pequeño prefirieron enseñarme cuáles eran los ríos de España, los nombres de reyes del pasado, y las métricas de algunas poesías que no comprendía.

Lo que sin embargo sí sé es que el otro día estaba con David, un amigo que fue policía durante muchos años y que ahora está de baja por incapacidad por estrés. David me contó que cuando trabajaba vio cosas horribles, y me habló con ojos llorosos y con mirada huidiza de los muchos policías que se suicidan cada año.

David también me contó que recibía una pensión por incapacidad y que se sentía muy, muy mal y muy culpable por recibir ese dinero, puesto que había personas que lo necesitarían más que él y en España había muchísimas personas que lo estaban pasando peor.

Lo que no sabía David es que había caído en una trampa.

David no sabía que las noticias le bombardean constantemente para que piense que todo se acaba, que todo es escaso, que todo es finito, que los países deben mucho dinero, que las comunidades autónomas deben mucho dinero, que hay mucha deuda, que si Barcelona hace esto, que si Madrid aquello, que si tú tienes mucho dinero o mucho amor o mucha felicidad debe ser porque se lo estás quitando a otra persona.

David no sabía que el dinero es infinito y los bancos lo crean artificialmente.

David no sabía que mientras unos crean dinero mágicamente, otros trabajan toda su vida para conseguir ese dinero, y otros se suicidan porque no pueden soportar más.

David tampoco sabía que cuando hace años yo iba a sacar dinero al cajero, me sentía culpable si al banco le cobraban dos euros de comisión. Pobrecito banco, decía, mejor camino dos kilómetros para encontrar otro cajero donde no me cobren ni a mí ni a mi banco.

Entonces fui a La India, entendí algunos conceptos que no tenían nada que ver aparentemente con los bancos y con el dinero, volví a España, y en cuatro meses había multiplicado mis ingresos y reducido mi trabajo y, si sigo por este camino y persevero, sé que no existen límites en mi riqueza ni en la riqueza de las personas que me rodean.

Pero no he venido a hablarte de mí ni de David, hoy he venido a invitarte a leer La ciencia de hacerse rico.

En esencia, el libro dice esto:

Qué es eso de la sustancia pensante

  • Si te digo que pienses en tener por ejemplo una máquina de coser y que la sustancia pensante hará que se materialice, no estoy intentando decir que la máquina va a aparecer de la nada como por arte de magia, sino que la “suprema inteligencia” que está en todas partes, actuará sobre las mentes de los hombres para que la máquina de coser te acabe llegando para tu beneficio y para el beneficio de todas las personas que participan en el movimiento.
  • Todo lo que existe en el universo está buscando expresión, y en nuestro caso se expresa a través de las personas, por eso, la sustancia pensante, Dios, Matrix, la matriz, el campo cuántico, o como lo quieras llamar, hará todo lo posible para que quien sepa de música, tenga instrumentos para expresarla, quien pueda apreciar la belleza, viaje, quien sepa apreciar la comida, coma platos deliciosos.
  • Primer principio de La ciencia de hacerse rico: El pensamiento es el único poder que puede producir riqueza tangible a partir de la sustancia informe.

Querer ser rico es digno, honrado y de pensamiento elevado

  • Hacerse rico consiste en pensar y actuar de una cierta manera, y actuando y pensando de la manera que se describe en el libro, el resultado será siempre la riqueza.
  • Existe una ciencia para hacerse rico y se trata de una ciencia exacta como el álgebra o las matemáticas.
  • Existen ciertas leyes que gobiernan el proceso de adquirir riquezas, y cuando son aprendidas y obedecidas, con certeza matemática llegarás a ser rico.
  • No hay nada malo en querer hacerse rico. El deseo de ser rico es, realmente, el deseo de una vida más rica, más plena y más abundante para ti y para todos.
  • La máxima expresión de felicidad para un ser humano es cuando da a sus seres queridos, y no podrá dar todo lo que quiere a sus seres queridos si no vive en la abundancia.
  • Fijar tu atención en lo mejor es rodearte de lo mejor y convertirte en lo mejor.
  • Para que un ser humano sea completo tiene que desarrollarse a su pleno potencial materialmente, mentalmente y espiritualmente, no se puede descuidar ninguno de esos tres aspectos.
  • El éxito en la vida consiste en llegar a ser lo que queremos ser, y sólo siendo rico podrás llegar a ser lo que quieres ser.
  • Hacerse rico no es el resultado de ahorrar o de escatimar, ni es el resultado de tener un talento especial que pocos tienen.
  • Cuando hablamos de riqueza, no me refiero a la riqueza de una manera figurada o metafórica como “es más rico quien menos necesita”, sino que hablo de la riqueza material.

No existe la pobreza

  • Permitir a tu mente que acoja lo inferior es hacerte inferior y rodearte de cosas inferiores.
  • Muchas personas tienen la idea de que Dios ya ha terminado su trabajo y que ya ha hecho todo lo que puede hacer, y que el ser pobre forma parte de un plan de la naturaleza porque no hay suficiente para todos, por eso se sienten mal en pedir riqueza. Sin embargo, Dios, la vida, está en constante crecimiento y busca expansión a través de cada recoveco del universo.
  • Ser pobre y tener pensamientos de pobreza es síntoma de enfermedad y de mente confusa.
  • Nadie es pobre porque no haya oportunidades para todos o porque alguien haya monopolizado la riqueza.
  • La pobreza no existe, sólo existe la abundancia, el universo es abundante en todas sus facetas.
  • La sustancia inteligente, que es todo en todo, que vive en todo y vive en ti, es una sustancia viva y con inteligencia y su misión en expandirse. La naturaleza de la vida funciona de tal modo que, por el mero acto de vivir, ha de expandirse a sí misma.
  • Deshazte de la idea de que Dios quiere que te sacrifiques por los demás y que actuando de este modo te acercas a Él. Dios no quiere nada de esto. Lo que Dios quiere es que tú realices el máximo de ti mismo, para ti y para los demás. Así, convirtiéndote en lo máximo que eres capaz de ser, podrás ayudar a los demás dando más de ti mismo.
  • No pierdas el tiempo enfocándote en los políticos corruptos o magnates de las finanzas, si no fuera por ellos hoy viviríamos en un estado mucho peor, y además cuando el ser humano siga evolucionando ellos desaparecerán de manera natural. Todos ellos están preparando el camino para que pueda llegarte la riqueza, agradécele su trabajo.

Ser rico es para todos. No compitas, crea

  • Si tienes un negocio, ten el principio del progreso, es decir, crea las condiciones para que cada uno de tus empleados tenga la posibilidad de avanzar un poco cada día y que pueda hacerse rico por sí mismo.
  • La sustancia inteligente hará cosas por ti, pero no le quitará nada a nadie para dártelo a ti. El deseo de riqueza de la sustancia es de dar más vida a todos.
  • Elimina la idea de competir con otras personas, tienes que crear. La riqueza que se apoya en la competencia nunca es satisfactoria ni duradera.
  • Cada vez que una persona se hace rica por medio de la competencia, rompe un peldaño de la escalera que está subiendo y deja a otros sin la opción de subir. En cambio cada vez que una persona se hace rica por medio de la creación, abre una puerta para él y para cientos de personas.
  • En cada transacción, da a cada persona más de lo que tomas. Esto no significa que des más valor del precio en el mercado, sino más “valor de uso”. El valor de uso es lo que esa persona podrá hacer con lo que ha recibido de tu parte. Por ejemplo, un cuchillo puede costar cinco euros, pero con el cuchillo se puede pelar miles de patatas. El valor de uso es enorme.

Practica la gratitud

  • Practica la gratitud. La gratitud atrae la abundancia. Cuando sentimos agradecimiento elevamos nuestra conciencia y conectamos más directamente con la fuente. Acérquese a Dios y él se acercará a usted. Si la gratitud es fuerte y constante, la reacción en la Sustancia Inteligente será fuerte y constante, y el movimiento de las cosas que desea irán siempre hacia usted.
  • Hazte una idea absolutamente clara de qué es lo que deseas y persiste en ese pensamiento, elabóralo con todo lujo de detalles.
  • No es necesario que sepas meditar, ni que reces, ni que hagas cosas ocultas de ninguna clase, lo único que necesitas es saber exactamente qué es lo que quieres e iniciarlo con fuerza suficiente para que permanezca en tus pensamientos. Si quieres una casa mejor, imagínate viviendo en esa casa, lavando los platos en esa casa, usando el sofá, durmiendo, cocinando. Piensa en ello como si ya lo tuvieras.

No te enfoques en el problema, enfócate en la solución

  • No hables de pobreza, no pienses en pobres, no investigues sobre la pobreza ni en sus causas. No puedes ayudar al pobre. Lo que sacará de la pobreza a las personas no serán tus pensamientos sobre la pobreza, sino el hecho de llenar de pensamientos de riqueza las mentes de los pobres. Los pobres no necesitan caridad, necesitan inspiración.
  • No podrás formarte una imagen mental de riqueza si tu mente está llena de imágenes de pobreza.
  • Ignora la pobreza. Cuando hables de los pobres, piensa y habla de ellos como si algún día serán ricos, y piensa que llegará el día en el que les felicitarás en lugar de tenerles piedad.

Trabaja dando el máximo en cada acción

  • Haz lo máximo diario en el trabajo que tienes entre manos.
  • No pienses en el trabajo de mañana, sólo ocúpate del trabajo de hoy.
  • No esperes a que el ambiente cambie, cambia el ambiente mediante tu acción.
  • Haz, todos los días, todo lo que tengas que hacer ese día, sin embargo, no trates de hacer más cosas en el menor tiempo posible.
  • Cada acto que realizas es en sí mismo un éxito o un fracaso.
  • Puedes hacerte rico en cualquier trabajo, pero no puedes limitarte a usar los recursos con los que naciste, debes adquirir más y más recursos paso a paso.

Gracias por leerme.

Wallace Delois Wattles Autor La ciencia de hacerse rico

 

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