Este fin de semana pasado se ha celebrado el 4º retiro de desarrollo personal y espiritual de Ricos y Libres.
Una gran casa de piedra en lo alto de una montaña. 17 alumnos. Dos profesoras de yoga. Una cocinera y un ayudante. Un domo geodésico absurdamente grande en mitad del bosque. Una luna llena. Una fotógrafa que sustituía a la fotógrafa que canceló en el último momento. Muchos cuadernos y muchos apuntes. Cuatro perretes.
Crecer es posible. El plan sigue en marcha.
Aún recuerdo cuando, siendo estudiante y apunto de hacer una presentación frente a la clase, no fui capaz de hablar una palabra en público y el profesor me dijo Antonio, siéntate y ya lo intentarás otro día.
El caso es que un alumno dijo algo así como: no estaba interesado en eso de la espiritualidad, creía que no era para mí, pero…
Esos puntos suspensivos son exactamente lo que busco cuando hago retiros, cuando escribo o cuando hablo.
Que las personas piensen que, lo que creían, no era todo. Lo que veían, era sólo una ínfima parte. Lo que aseguraban, estaba errado. Que sus posibilidades, se han ensanchado. Que su vida, cobra más vida. Que su valentía, ha aumentado. Que su visión, se ha elevado. Que sus finanzas, no tienen fin. Que su cuerpo, es más que un cuerpo. Que su tristeza, tiene un por qué. Que su motivación, tiene un cómo.
Debes saber algo.
No se puede no estar interesado en la espiritualidad o en el desarrollo personal. Puedes, si acaso, ser ignorante en lo que a la espiritualidad y al desarrollo personal respecta.
Eso ya es un avance.
Y si quieres avanzar, un poco al menos, tengo un manual que a quien lo lee le proporciona un montón de puntos suspensivos en un montón de campos diferentes, un manual que, lo normal, es no querer comprarlo.