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Porque abundantes y libres era muy largo

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El alimento del ser humano

Antonio Herrero Estévez · Feb 27, 2022 ·

Ayer amanecí sobre las 7 para llevar a una amiga al aeropuerto, luego volví a casa y me metí en la cama.

Eran las 10, y yo todavía estaba ahí. Ya no tenía ni sueño, simplemente estaba ahí. Tampoco es que estuviera disfrutando especialmente de ese momento de recogimiento, simplemente estaba ahí, como pasando el tiempo.

Los platos, en la pila, sin fregar.

Unos calcetines por el medio del salón.

Pelusillas del tamaño de un cojín rondando por las esquinas.

Mi chaqueta, mal doblada, en una silla.

Pedrita, mi chucha peluda, observando cómo aún no la había sacado a pasear.

La playa ahí, frente a mí, esperando.

Emails de peticiones importantes, también ahí, esperando ser respondidos.

Miles de personas fantásticas caminando por la calle, esperando a ser conocidas.

Un libro que terminar.

Todo el dinero del universo por ganar.

Todo mi ser por descubrir.

Todo pintaba a ser un día perdido.

Entonces me levante como sospecho se levantaría Ignatius Reilly, fui al ordenador, lo encendí, y vi esto:

¿Qué demonios hace esa caja ahí? —Oh, bueno, ya sabes, no es nada—. Oh sí, ¿no es nada? ¡MAL! ¡Es un pequeño portal al infierno! Yo puedo verlo. Y tú también podrías, si miraras… ¡Pero no lo harás! Jordan Peterson

Y entonces, cerré el ordenador con una fuerza que pareciera lo quise cerrar para siempre.

Escribí en mi cuaderno las cosas que iba a hacer ese día.

Empecé un ayuno de 36 horas.

Bajé a la playa. Corrí detrás y delante de Pedrita. Hice dominadas. Y esto también, hasta que ardían mis piernas. Me metí al agua helada, más helada que otros días, estaba solo en todo el mar, no sé cuánto aguanté pero al salir te puedo decir que era otro ser humano, más feliz.

Subí a casa. Trabajé durante horas. Limpié absolutamente toda la casa, con cuidado, con esmero, con atención. Cerré reuniones. Leí.

¿Que por qué te estoy contando esto?

Porque el ser humano se alimenta de tres cosas.

  1. Comida.
  2. Oxígeno.
  3. Emociones.

En función de la calidad de estas, el ser humano tendrá una u otra energía.

Comida: como si te fuera la vida en ello, contacta con grupos de consumo de productores locales ecológicos.

Oxígeno: como si te fuera la vida en ello, pasa la mayor cantidad de tiempo posible en los bosques alejados de la civilización o, en su defecto, cerca del mar. Cuando estés en ellos, toma grandes bocanadas de aire.

La respiración perfecta es esta: inspirar durante unos 5,5 segundos y exhalar durante 5,5 segundos. Eso son 5,5 respiraciones por minuto para un total de unos 5,5 litros de aire.
James Nestor, en su libro Respira: la nueva ciencia de un arte perdido

Emociones: como si te fuera la vida en ello, aliméntate sólo, o al menos lo máximo que puedas, de emociones altas, de libros buenos, de vídeos potentes, de películas que te hagan volar.

Porque ¿sabes? De hecho, te va. La vida, digo.

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