No voy a mentirte, ser rico es muy divertido. Y no estoy hablando sólo de la diversión de la novedad que obtienes al conducir un coche de lujo. La verdadera riqueza es más bien una cuestión de visión, de darte cuenta de que puedes liberarte del estrés negativo y de que puedes obtener una mayor confianza en lo grandiosa que es la vida. Ese pensamiento te golpea como un montón de mariposas salvajes cada mañana cuando te levantas. Joder, ¡aquí viene otro gran día!
mrmoneymustache.com
Repite conmigo: soy abundancia.
En el capítulo anterior de cómo ser rico, vimos que en general existen sólo dos maneras para ser rico. La primera es nacer en una familia rica donde aprendes desde bebé a ser rico, y la segunda es aprender por tu propia voluntad a ser rico.
Aunque ya lo dejé caer en el anterior artículo, ahora mismo te acabo de mencionar la clave fundamental para ser rico: voluntad. Querer. Tener muchísimas ganas de.
Sólo con querer ser rico, con verdaderamente quererlo, estarás bastante cerca de conseguirlo.
La inmensa mayoría de las personas que conozco, no sólo no quieren ser ricos sino que pareciera que lo detestan. Lo evitan. Lo maldicen.
Si trabajas ocho o diez horas al día por mil o dos mil euros al mes en el mejor de los casos y dices que para ti el dinero no es importante… ¿Qué estás haciendo exactamente durante esas ocho horas de tu día? A no ser que ames tu trabajo y que lo harías incluso gratis no tiene mucho sentido pensar así, ¿no crees?
Puede ser que te creas que te da igual el dinero, lo que creo que no te da igual es en qué empleas el tiempo que tienes de vida.
Para absolutamente cualquier cosa que quieras hacer en esta vida, necesitas tiempo, y si inviertes la mayor parte del tiempo que tienes disponible en tu vida en trabajar para conseguir dinero, entonces no tienes tiempo para hacer las otras cosas.
¿Y qué les pasa a las personas que llegan al final de su vida y se dan cuenta de que no han hecho lo que sentían en el corazón porque ni tuvieron tiempo de preguntárselo?
Tú ya sabes la respuesta y yo también, por eso trato de poner remedio.
Imagínate que tienes noventa y nueve años y estás en tu lecho de muerte. De repente tienes la oportunidad de volver ahora mismo, ¿qué harías?
Chris Carmichael
Lo sé, no estoy diciendo nada nuevo.
Por eso precisamente me sorprende tanto que tan pocos demos el paso de intentar salir de esa vida, y al igual que cuando tengo un dolor de espalda busco al mejor osteópata de Madrid, cuando tengo un dolor en la economía o un dolor en el tiempo, busco a alguien que me pueda ayudar a sanarlo.
Es decir, tengo voluntad de transformar mi realidad y busco los medios para hacerlo.
¿Sabes? Cuanto más fuerte y flexible es mi espalda y cuanto más erguido estoy, cuanto más tonificados están mis músculos, más disfruto de la vida en general, más disfruto de las pequeñas acciones.
¿Por qué? Porque cuando no hay un bloqueo en mi estado de salud, lo que quiera que decida hacer en la vida lo haré de una manera más armoniosa.
Qué es para mí la riqueza
La riqueza es un concepto muy personal y es de una importancia vital el definir qué es exactamente para ti, porque puede ser que la tengas delante de tus ojos y no la veas, o que la tengas muy cerca y no lo sepas.
Para mí ser rico puede ser tener unos ingresos pasivos de cinco mil euros al mes para poder dedicar mi tiempo al autoconocimiento, a cuidar de mi huerto, a leer, a hacer Yoga en la India, a viajar, a aprender pintura y a tocar el piano, o a ver crecer cada día a mis hijos si los tuviera.
Para ti ser rico quizás es tener cincuenta millones de euros en el banco.
Para empezar yo a la riqueza no le llamo riqueza, le llamo abundancia. El universo es abundante, todo está lleno de energía que está corriendo de un lado a otro sin parar, todo está creciendo sin parar, todo está transformándose sin parar.
Si vives en el campo lo verás.
Toma una nuez, ponla en tu mano y mírala bien, con detalle. Si plantas esa nuez y la cuidas saldrá un nogal, y de ese nogal saldrán diez mil nueces, y de esas diez mil nueces saldrán diez mil árboles, y de esos diez mil árboles cien millones de nueces. En tu mano tienes la posibilidad de llenar el planeta tierra de árboles. Así es de abundante el universo.
Pues así veo la riqueza. Así veo mi vida. Veo mi vida como abundancia en todos los sentidos. Abundancia de tiempo, abundancia de amor, abundancia de conocimiento, abundancia de risas, abundancia de salud, abundancia económica, abundancia de vida.
Tener veinte propiedades y tres millones de euros en el banco, tener seis coches de alta gama y un sombrero de copa, pero no tener tiempo de amar y ver a tu familia, cuidar tu salud, ver a tus hijos, o caminar descalzo por la playa sin preocupaciones, ¿es eso abundante? ¿Es eso riqueza?
Para mí no.
A la generación de nuestras padres y a muchas anteriores les vendieron una idea de riqueza que en mi opinión es muy poco abundante: Trabaja mucho, trabaja toda tu vida, hazte rico, sigue haciéndote más rico, después un poco más, y después, justo antes de morir rico, date cuenta de que has vivido toda tu vida pobre.
Quizás por eso inconscientemente la mayoría de las personas no persiguen la riqueza, ya que lo asocian a algo poco apetecible, pero, ¿sabes qué? Estamos en 2019 y las cosas han cambiado.
La nueva riqueza es, como decía Tim Ferris en su libro hace más de quince años: Disponer de tiempo y movilidad.
Si mis palabras anteriores no te convencido de nada, déjame contarte una historia.
El año pasado conocí a Isabel. Isabel es de esas personas que tienen una intensidad tan grande, una llama interior tan enorme, que como no tengas cuidado al acercarte puedes salir ardiendo.
Cada palabra suya, cada libro que me recomendó, cada paseo por las calles de Madrid, tuvieron el potencial de hacerme salir ardiendo.
¿Cuánto quieres ganar, Antonio? Me dijo Isa una tarde.
— Pues… no sé, supongo que con dos mil euros al mes ya sería feliz.
Sí, pero si pudieras soñar, si tuvieras una varita mágica, ¿cuánto te gustaría ganar?
— No sé. ¿Diez mil euros al mes?
Muy bien. Dos mil euros al mes es tu tope psicológico. No vas a ganar nunca más de dos mil euros al mes a menos que no elimines ese bloqueo. Tu inconsciente va a hacer todo lo posible para que nunca ganes más de dos mil euros al mes.
— ¿No me digas? Tiene sentido. De todas formas Isa yo no quiero tener mucho dinero. Con dos mil euros al mes ya soy feliz, no necesito mucho para vivir.
Entonces Isabel me contó a su vez una historia.
Imagínate un río, Antonio
Imagínate un río pequeñito, un riachuelo. Es un río que tiene muy poca fuerza, poco caudal. A veces el río tiene agua y a veces no. El riachuelo serpentea por un bosque, renqueante. A veces el río se encuentra con grandes piedras y apenas puede sortearlas, otras veces es un tronco caído que un rayo partió en una gran tormenta de verano y el agua queda estancada hasta que llegan nuevas lluvias que permitan sortear el obstáculo. A lo lejos aparece una familia de excursionistas, sedientos, al llegar al río dudan si beber o no porque el agua parece estar en mal estado.
Ahora imagínate un gran río, un ancho y profundo río con un gran caudal. La fuerza del río sortea piedras, árboles y desniveles. En algunos tramos del río el agua mueve molinos y genera la electricidad de varios hogares. En otros tramos, manadas de caballos salvajes, nutrias, cigüeñas y zorros se acercan a su orilla, se agachan y apagan su sed. Una pareja que viene de un pueblo cercano se baña en sus aguas y, desnudos completamente, se salpican, chapotean, juegan, se zambullen. Truchas, carpas y lucios nadan de un lado a otro. Una pareja de nutrias flotan río abajo agarradas de las manos. Familias enteras van a pescar y a llenar cubos de agua para regar sus huertos.
A mí me gustó mucho su historia pero la pregunta es: ¿Cómo pasar de ser un riachuelo a ser un gran río?
Vamos a verlo.
Cómo hacerse rico en cinco pasos (cuando tienes que aprender por tu cuenta)
En unas pocas líneas descubrirás que convertirte en rico es bastante sencillo, lo que no es sencillo es luchar contra la inercia de escasez que llevamos incrustada en la mente desde hace decenas de años. Nuestros bloqueos psicológicos son los verdaderos causantes de nuestra escasez.
Paso 1: desaprende
Voy a decirte algo que es posible que no comprendas o que estés absolutamente en desacuerdo: si no deseas para tu vida algo que no sea abundancia, que no sea riqueza, es que la educación que recibiste en la escuela fue tan tan tan desastrosa y dañina para ti, como fue para mí.
Nunca he permitido que la escuela entorpeciese mi educación
Mark Twain
Te recomiendo ver estos tres vídeos, por orden:
- Los nuevos paradigmas de la enseñanza
- Mi horrible experiencia en el sistema educativo
- ¿Por qué el sistema educativo no funciona?
Es muy posible que realmente no hayas tenido la oportunidad de recibir una verdadera educación. Por eso tienes que desaprender, tienes que eliminar los virus que te instalaron en tu infancia.
Desaprender significa dejar de dar por válidos algunos conceptos con los que has crecido.
Paso 2: nútrete sin juzgar y sin cesar de personas que quieren ser ricos o que ya son ricos
Nútrete de personas que saben más que tú, las puedes tener más cerca de lo que piensas. No seas el que todo lo sabe, sé el que todo lo pregunta.
¿Qué quiero decir con “sin juzgar?” Quiero decir que mires a la luna, no al dedo. La mayoría de las personas que vas a conocer en tu vida te van a decir cosas como: “Esa persona predica una manera de hacerse rico diferente a la que él mismo usó, no me creo nada”.
No seas esa persona si quieres ser rico, si quieres ser abundante. Sin juzgar significa: Lee libros, conoce a personas, escucha audios y ve a los seminarios, pero quédate con lo que te aporte y olvida el resto.
Aprende esto: El mensajero no es importante, sólo importa el mensaje y sólo importa si a ti te sirve.
La mentalidad de escasez se fija en lo que no me gusta. La mentalidad de abundancia se fija en lo que sí me gusta y ni siquiera presta atención a lo demás.
¿Qué quiero decir con “sin cesar”? Si eres como yo, entonces eres una máquina venida del futuro perfectamente diseñada y engrasada para comer cheetos a dos manos, devorar un litro de helado por día y ver netflix tirado en el sofá admirando la perfecta redondez de esa suave pelusilla azul que se mete día sí día también y por arte de magia en tu ombligo. Eres un ser vago por naturaleza porque estamos diseñados para que no nos nos apetezca hacer cosas que no sean estrictamente necesarias para satisfacer las necesidades más inmediatas.
Por eso, salvo raras excepciones, la mayoría de nosotros necesitamos constantemente motivación externa. No leas solo una vez un libro. No vayas a un solo seminario. Tienes que rodearte muy a menudo de lo que quieres convertirte.
Te recomiendo estos libros:
- Atomic Habits.
- El hombre más rico de babilonia.
- Padre rico padre pobre.
- Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva.
- The Millionaire Fastlane.
- Piense y hágase rico.
- La semana laboral de 4 horas.
Cómpralos, subráyalos y úsalos como herramienta de trabajo y… por el amor de Dios, no los juzgues, sólo quédate con el mensaje que te interese.
Seguro hay otros miles de libros más, pero si tan sólo interiorizaras lo que viene escrito en esos libros que te recomiendo, tu mente se abriría lo suficiente como para empezar a ver otras posibilidades.
Te recomiendo estos vídeos:
- Principios, de Ray Dalio.
- 15 hábitos para vivir con abundancia, de Sergio Fernández.
- Vivir sin cadenas es un reto a tu alcance, de Alejandro Ruiz Herrero.
- Te será fácil tener éxito si practicas esto, de Jack Ma, fundador de Ali Baba.
- 10 hábitos mañaneros que usan los genios, de Jim Kwik.
- Presume tu ahorro, de Diego Dreyfus.
- Posimposible, de Bartney Stinson.
Estos son sólo algunos de los cientos de vídeos que he visto en los últimos años. Probablemente no son los mejores ni los que más me han impactado, simplemente son algunos de los que ahora recuerdo.
Lo único importante es empezar a decirle a tu cerebro que estás interesado en ese conocimiento.
Te recomiendo estos blogs:
Hay millones de blogs y cada uno te dará una pista. A veces casi toda la información que leas no tendrá sentido para ti o habrá sido escrito por alguien que tiene muy poco conocimiento del tema, pero lo que estás haciendo es decirle a tu cerebro que ahora te interesan esos temas. Cada uno será un pequeño ladrillito en tu nueva casa que irá moldeando tu manera de pensar. No hace falta leerse mil blogs, sólo es necesario rodearte de aquello que quieres ver en tu vida.
Y ahora viene los dos pasos más prácticos del artículo, los que verdaderamente tienes que poner en acción si quieres ser rico.
Paso 3: acciones de gran impacto VS acciones de pequeño impacto
Si sólo comprendes bien este punto y el siguiente, te garantizo que tu vida dará un salto cuántico.
Las acciones de pequeño impacto son aquellas que, una vez realizadas, apenas generan un cambio en tu vida. Si tiras una piedra muy pequeña a un lago sus ondas apenas se deslizan por el agua, apenas generan un cambio en el lago. Nos pasamos la vida haciendo acciones de muy pequeño impacto. Vamos al mismo bar, hablamos de los mismos temas, quedamos con los mismos amigos, hacemos las mismas rutas.
En el trabajo, (o llamémosle mejor: en una de nuestras maneras de conseguir ingresos) la mayoría de las acciones que realizamos apenas generan ondas. Nuestras acciones quedan sepultadas por ellas mismas, son miles y miles de acciones repetidas una y otra vez que no hacen ningún cambio significativo en nuestra vida.
Imagínate a un teleoperador cogiendo el teléfono: ¿Hola, en qué puedo ayudarle?. ¿Hola, en qué puedo ayudarle? ¿Hola, en qué puedo ayudarle?. Decenas de veces al día realizando una misma acción que apenas tienen consecuencias. Apenas genera las ondas necesarias como para seguir girando la rueda un día más.
¿Has oído hablar de la carrera de la rata? Bien, pues las acciones de pequeño impacto son las que mantienen a la rata corriendo y corriendo por una rueda que nunca se acaba. No importa cuanto corra la rata que nunca saldrá de esa rueda.
Funciona con cualquier profesión: Acciones repetidas una y otra vez que apenas generan ondas.
Las acciones de gran impacto son aquellas que, una vez realizadas, tienen el potencial de generar un cambio de proporciones gigantescas e impredecibles, de ramificarse, expandirse. Si tiras una roca de dos toneladas en el centro de un lago, las ondas llegarán hasta todos los confines del mismo. Harán levantarse patos, cisnes y barcos, moverán peces, enturbiará el agua quizás durante horas.
Voy a ponerte un ejemplo: Cuando tenía veintitrés años y sólo había salido dos veces de España, me fui dos meses a Inglaterra a estudiar inglés. Como casi todos los españoles de mi época, diez años de inglés en el colegio no sirvieron para nada más que el hacerme decir frases sin sentido como “a mí es que no se me dan bien los idiomas”. Fui dos meses a Cambridge, aprendí inglés en una academia, conocí a un montón de gente de más de treinta países del mundo, empecé una relación con una chica de Colombia, volví varios meses más tarde durante cinco meses, trabajé en diferentes sitios y seguí perfeccionando el idioma.
En vez de aceptar el trabajo que me ofrecieron en Madrid, (lo cuál empezaría como acción de gran impacto para luego quedar sepultada por millones de acciones de pequeño impacto), me fui a Inglaterra.
¿Y qué pasó después? Viajé a Colombia, viví con una chica maravillosa, se acabó la relación, viajé por todo el mundo gracias a haber aprendido qué era viajar y cómo se hacía, mantuve relaciones con muchas personas con las que sólo podía comunicarme en inglés, tuve amigos de muchos continentes que me presentaron a otros amigos que me hicieron vivir más y más experiencias, conocí muchas culturas, abrí mi mente.
¿Y cómo empezó todo eso? Porque hice la acción de gran impacto de irme a Inglaterra, una acción que, una vez hecha, tuvo unas consecuencias impredecibles que aún a día de hoy sigo sintiendo las ondas.
- Si eres camarero y trabajas en un bar los últimos diez años de tu vida, llevas diez años haciendo acciones de pequeño impacto. Si un día decides apuntarte a una clase de fotografía, puede ser una acción de gran impacto.
- Si eres teleoperador y tu sueño siempre ha sido ser escritor, si escribes un libro o empiezas un blog, puede ser una acción de gran impacto.
- Si eres ingeniero y llevas trabajando diez años para Repsol, llevas muchos haciendo acciones de pequeño impacto, pero si un día decides crear una aplicación revolucionaria para el móvil, puede ser una acción de gran impacto con consecuencias impredecibles.
- Este artículo que estás leyendo es un ejemplo de acción de gran impacto: 5 horas invertidas pueden desembocar en entrevistas, comentarios, conocer muchas personas, ser invitado a conferencias.
En el capítulo anterior te conté que en siete meses he pasado a ganar siete veces más, a trabajar setenta veces menos, y a ver las posibilidades multiplicadas por setecientas veces.
Te mentí.
Trabajo setecientas veces menos y he visto las posibilidades multiplicadas por siete mil. ¿Cómo es eso posible? Porque me estoy convirtiendo, poco a poco, en experto en acciones de gran impacto, en acciones de gran potencial.
Verás, a principios de 2015 empecé una página web de afiliación llamada recomendacionesytendencias.com con un socio y amigo (acción de gran impacto de consecuencias impredecibles) y a finales de 2018 le compré su parte.
Durante cuatro años, ambos hicimos una y otra vez acciones de pequeño impacto con alguna que otra acción de mediano o gran impacto.
Invertíamos miles de horas pidiendo nuevos artículos a los redactores y actualizando viejos artículos, y siempre siempre siempre nos quejábamos de que trabajábamos muchísimo pero no obteníamos apenas beneficios. ¿Será un mal negocio este? ¿Y si cambiamos a otro más rentable?
Al poco tiempo de quedarme yo solo al frente de la web, escribí a la persona que más sabía de mi competencia y le dije que quería quedar con él para que por favor me diera un consejo (acción de gran impacto). Me dijo que sí, quedé con él y nos llevamos como hermanos desde el segundo uno.
—Antonio, puedes preguntarme lo que quieras y yo te lo voy a decir—, me dijo. Así que le pregunté algunas cosas, él me contó algunas cosas, y después me fui a casa para quedarme mirando el infinito tratando de asimilar lo que me había explicado.
Veinte días después, le eché valor y me puse a llevarlo a cabo. ¿Qué hice? Sencillo. En vez de invertir cientos de horas en pedir y actualizar artículos como llevaba cuatro años haciendo (acciones de pequeño impacto), invertí diez horas y creé un proceso de trabajo donde, tras una pequeña acción mía, muchas personas se ponen a trabajar y a realizar acciones de pequeño o mediano impacto.
En sólo diez horas había convertido mi negocio en escalable.
Lo que antes me llevaba diez horas de trabajo, ahora me llevaba literalmente un segundo de trabajo.
- Cientos de horas de trabajo con acciones de pequeño impacto = X
- Tres o cuatro horas de trabajo con acciones de gran impacto = ∞
¿Sabes lo mejor de todo? Que cuando aprendes qué son las acciones de gran impacto, puedes perseguirlas sabiendo desde el primer momento que las consecuencias de lo que estás a punto de hacer son impredecibles.
Cuando empiezas a entender el proceso incluso puedes saber cuándo acabas de tener un pensamiento de gran impacto.
- Pensamientos rutinarios desembocan en acciones de pequeño impacto.
- Pensamientos explosivos fuera de lo común desembocan en acciones de gran impacto.
Las acciones de gran impacto no funcionan sólo en lo profesional, sino en todo:
El año pasado viajé a la India a estudiar el curso para profesores de Yoga, y te garantizo que desde el momento en el que tuve la idea, supe que las consecuencias serían arrolladoras e impredecibles.
Ir a la India a estudiar Yoga = conocer personas de todo el mundo = mejorar mi cuerpo = mejorar mi mente = aprender una sabiduría milenaria = cambiar de profesión = dar clases de Yoga a las personas que conozco y crear mayor conexión = organizar retiros por el mundo conociendo los sitios más bellos del planeta = ir a cursos = ir a retiros = leer libros = entender todo el tinglao de la humanidad = hacer un curso de vipassana…
¿Comprendes? Desde el momento en el que pensé en ir a la India, sabía que todo eso podía ocurrir.
Cuando controlas las acciones de gran impacto empiezas a controlar tu vida.
Así que, si quieres hacerte rico, empieza a identificar y a diferenciar tus acciones de pequeño impacto que siguen girando la rueda de la rata, de las acciones de gran impacto que roen los barrotes para escapar de la jaula y montarte en una nave espacial.
Paso 4: tú no tienes que hacer eso
Hace unos meses, cuando estaba trabajando en el Google Campus de Madrid (pensar en ir a trabajar ahí en vez de quedarme en casa como siempre, es una idea de gran impacto) conocí a una gran persona, Miguel Ángel.
¿Sabes lo que me dijo Miguel Ángel?
Antonio, tú me estás enseñando desarrollo personal, así que yo te voy a enseñar a ser empresario.
Unos días después estábamos sentados uno al lado del otro y yo estaba haciendo unas tareas rutinarias de mi trabajo.
¿Qué haces, Antonio?
— Pues nada, cosas del trabajo.
Sí, ¿pero qué cosas exactamente?
— Es algo que se conoce como “Link Building”. Entro en foros y páginas web y dejo un comentario que no parezca muy falso para así conseguir un enlace a mi web.
Antonio, tú no tienes que hacer eso. Tú no has entendido lo prodigiosa que es tu mente, ¿verdad? Tú eres un creativo, tienes la inmensa capacidad de crear, de hacer que las cosas sucedan, estás lleno de ideas, ¿cómo puedes emplear tu tiempo en entrar en foros y dejar comentarios? Tú no tienes que hacer eso.
— ¿Y quién lo va a hacer si no, Miguel?
Jejeje. Eso lo contratas a otras personas que estén deseosas de hacerlo y de que les pagues por ello.
De repente en mi cabeza ocurrió un click, una explosión de fuegos artificiales.
A partir de ese momento empecé a combinar las acciones de gran impacto con el tú no tienes que hacer eso, y fue justo en ese momento cuando entendí el juego de cómo hacerme rico.
Ejemplos:
- Necesito un nuevo logotipo para mi web, como soy diseñador puedo diseñármelo yo mismo = No, tú no tienes que hacer eso, hay diseñadores muy buenos y con un precio excelente.
- Necesito cinco presupuestos de pintores para pintar mi casa, voy a buscar uno por uno en las páginas de Madrid = No, tú no tienes que hacer eso, una secretaria puede hacerlo por ti.
- Necesito actualizar 250 artículos de mi página web = No, tú no tienes que hacer eso, puedes invertir dos horas en enseñar a una persona cómo hacerlo para que sea ella quien invierta 250 horas.
¿Y qué haces tú mientras otras personas desarrollan esas tareas? Tú haces acciones de gran impacto.
Si aprendes a dominar el tú no tienes que hacer esto con acciones de gran impacto, serás rico en poco tiempo.
Paso 5: Finanzas personales para dummies (para dummies como yo)
Yo aún no sé mucho de finanzas personales, pero tengo amigos que sí saben mucho.
Historia 1:
Mi gran amigo Vicente me dijo hace diez años algo que tardé nueve en entender: Antonio, tienes que saber diferenciar entre el dinero que ingresa tu negocio y el dinero que ingresas tú, son dos cosas completamente diferentes.
— ¿Por qué? Si soy la misma persona, el negocio es mio, somos lo mismo.
No, no sois lo mismo. Tienes que ver a tu negocio como un vehículo y verte a ti como un pasajero dentro del vehículo. Tú le dices a tu vehículo donde quieres que vaya, pero tú te puedes bajar cuando quieras y el vehículo tiene que seguir la dirección que le has marcado.
— ¿Cómo?
Nada, déjalo. Mira, si tu negocio ingresa 5000 € un mes, tú no tienes que quedarte esos 5000, ya que ese dinero no es tuyo sino de tu negocio. Tienes que decidir qué salario quieres ganar en función de tu esfuerzo y necesidades, por ejemplo 1.000 € al mes. Tú tienes que comer y vivir y pensar en el futuro, ¿no?
— Sí.
Bien, pues tu negocio se queda con 4.000 porque tiene que comer, vivir y pensar en el futuro.
Si un mes tu negocio gana 10.000 €, tú ese mes sigues ganando 1.000 €, y si un mes tu negocio gana 0 €, tú ese mes continúas ganando 1.000 €. ¿Comprendes? Tú necesitas comer, vivir y pensar en el futuro.
— Sí, creo que sí, ¿pero por qué?
Imagínate que mañana te sale una oportunidad de negocio donde quieres invertir 5.000 € en una idea. ¿Te dolería gastártelo?
— Sí.
¿Por qué te va a doler gastártelo, si ese dinero es de tu negocio y no tuyo? Tu negocio quiere crecer y pensar en el futuro.
— Entiendo.
Historia 2:
Hace diez años mi gran amigo Juan me dio un consejo que tardé ocho en entender: Antonio, enhorabuena por haber comenzado un negocio, sólo te voy a dar un consejo: no te gastes todo lo que ganes.
Historia 3, Sayionara, Dummie:
Durante toda mi vida he tenido un horrible control financiero. Claro, nadie me había enseñado cómo hacerlo mejor puesto que mis padres no eran ricos y dado que en el colegio era muy importante enseñarme los nombres de los reyes Godos y los ríos de España.
Cada mes, no importa cuánto ganara, me gastaba todo y un poquito más.
Hace un año decidí poner fin a todo eso y ahora este es mi modo de actuar, te pongo un ejemplo por si te ayuda:
- Durante dos meses usé una APP de control de gastos. Apunta cada gasto por pequeño que sea, eso te hace tener consciencia real del hecho de gastar.
- Si mi negocio ingresa 10.000 € al mes, mi salario es de 1.500 € al mes. Establezco mi salario con previsión. Por ejemplo: Dentro de seis meses, si se dan X condiciones, me aumentaré el salario.
- Ahorro mensualmente y de manera automática 20 % del salario (el primero de cada mes se hace una transferencia periódica).
- Cuando llego a 9.000 € de ahorro (seis meses de colchón para imprevistos), en vez de destinar 20 % para ahorros, lo destino para inversiones. ¿Qué pasa si las inversiones van mal? No pasa nada porque es el dinero de las inversiones, está contemplado y mis finanzas siguen su curso. ¿Y si van bien? Todas las ganancias de las inversiones se reinvierten en más inversiones de manera automática porque son el dinero de las inversiones.
- El primero de cada mes veo cuánto dinero tengo disponible para gastar en mí ese mes. Si por ejemplo dispongo de 500 €, divido 500 / 30 y así sé cuánto dinero me puedo gastar diariamente.
Me ayuda a tener un control mental.
No es lo mismo irme a cenar porque se me antoja, que irme a cenar porque sé que voy a gastarme un dinero que está previsto ser gastado y que mis finanzas siguen su curso. Si no tengo dinero, acomodo el plan para el dinero que tengo (esta es la parte más complicada y donde hay que tener verdadera fortaleza).
Querido lector, querida lectora, esto es todo lo que sé por el momento. Para terminar de comprender esto, lee el capítulo de La ciencia de hacerse rico y el capítulo de abundancia.
Gracias por leerme, te deseo muchísima riqueza y muchísimo tiempo para amar y ser feliz, que es para lo que has venido a este planeta, no te distraigas.
Repite conmigo: Soy abundancia.
Muchos dependen tanto del sistema que lucharían para protegerlo.
¿Estás escuchándome, o mirabas a la mujer de rojo?”
¿Qué le enseño a mis hijos sobre el dinero? El dinero no es el final de la búsqueda para tener una buena vida. Aunque en la actualidad es una barrera importante para la mayoría de las personas, es fácil dominarla en los primeros años de tu vida si sabes cómo. Luego se pasa a los verdaderos desafíos: descubrir de qué se trata realmente la vida, trabajo duro, ser bueno con los demás, una buena cantidad de dificultad adecuada y aprender todo lo que puedas durante el tiempo que estás vivo. mrmoneymustache.com
Qué tal Antonio!
Soy David, te leo desde hace un par de años, si mal no recuerdo te encontré con “La guía para saber si eres un fraude”.
Esta semana leí “Cómo ser rico paso a paso”. Pero después de leerlo me surgieron algunas dudas, todas genuinas y aunque parecieran muy básicas o en su defecto obvias. Me gustaría preguntarte lo siguiente:
En qué momento o cómo defines si haces tú las cosas o pones a alguien para hacerlo.
Fui educado con el dicho “si quieres que algo salga bien, hazlo tú mismo” y últimamente me he dado cuenta que me enfoco mucho en el detalle de todas las cosas en lugar de delegar o poner a alguien más a hacerlo.
Cómo decides si hacerlo tú o dejarlo a alguien más?
En algún momento pensaría que uno tiene que hacer algo, no? O lo que uno hace es sólo dar ordenes?
Hola David! Gracias por tu comentario 🙂
Está bien el dicho ese de que tú tienes que hacer las cosas si quieres que salgan bien, y desde luego tiene mucho sentido cuando eres una persona perfeccionista y con ganas de mejorar cada detalle.
Parte de ese perfeccionismo lo usas cuando pides a otras personas que hagan un trabajo. Te esmeras en que la comunicación sea la mejor posible, intentas ver si están a gusto realizando el trabajo, sigues los procesos que ellos hacen, etc.
De todas formas, respondiendo a tu pregunta: Cada etapa del camino tiene unas cosas que tú tienes que hacer, y otras que tú no tienes que hacer. La cuestión es pararte a pensar e identificarlo.
Cuando más al principio de la etapa estás, supongo que más cosas tienes que hacer tú mismo. La experiencia te irá diciendo qué puedes delegar y qué no puedes delegar.
¿no?
Al menos así lo veo yo,
Un abrazo